Autoridades chinas comenzaron a extender el uso de test anales para la detección de infecciones por Covid-19, según el diario chino Global Times. Según parece la técnica podría ser más precisa que la toma de muestras en la nariz o la garganta, pero no todos están convencidos de este punto.

El doctor Li Togzeng, del Hospital You’an en Pekín, asegura que "el Coronavirus sobrevive más tiempo en el ano o en los excrementos, lo que permite detectarlo con mayor precisión que analizando las partes superiores del tracto digestivo o respiratorio".

Li explica que el método está poco extendido, pero se equivoca en ese punto ya que según informes recientes publicados en el South China Morning Post, los test anales se están comenzando a realizar en diferentes controles de cuarentena de Pekín así como en algunas escuelas.

Los test masivos se llevaron a cabo después de que la capital sufriera un confinamiento parcial en los distritos de Daxing y Shunyi. La secuanciación genética reveló que dos de los casos correspondían a la variante más infecciosa del virus descubierta el pasado mes en Reino Unido.

Testeo en colegios

Más de 1.200 personas tuvieron que ser testadas en una escuela a la que asistió un alumno con un caso asintomático de la variante inglesa. Todos los contactos en la escuela pasaron por tests nasales, de saliva, anales y serológicos, todos los cuales dieron negativo.

Cabe destacar, que no hay más países aparte de China realizando esta técnica y aún no está claro si los frotis anales, que según los informes duran alrededor de 10 segundos, son más útiles en la detección precoz de la enfermedad que los nasales o de garganta.

ABC News en Australia informó de que los test anales se extendieron fuera de Pekín y comenzaron a aplicarse también en lugares como Guangzhou, donde varios usuarios de redes sociales reportaron haber pasado por la prueba junto a las ya conocidas pruebas orales.

China ha visto un reciente aumento en el número de casos en algunos lugares, lo que despertó la preocupación en las autoridades del país, sobre todo a la luz de la aparición de nuevas variantes más contagiosas como la de Reino Unido o la de Sudáfrica.

Mientras tanto, el planeta ya sobrepasó los 100 millones de casos acumulados de la enfermedad, con más de 2,15 millones de muertos.