Los astronautas Oleg Artémiev y Nikolái Chub y varios empleados del Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin recibieron la primera dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus en la emblemática Ciudad de las Estrellas, en el noreste de Moscú, como parte de los nuevos grupos de la sociedad rusa que comenzaron a inmunizarse.

"Las vacunaciones suelen hacerse rápidamente, pero en este caso el proceso tomó un poco más de tiempo: visitamos al médico, llenamos los documentos necesarios, y esperamos a que la vacuna se descongele", contó Artémiev sobre el procedimiento al que se sometieron los cosmonautas, que incluyó un examen médico obligatorio antes de la inoculación.

El cosmonauta de 49 años dijo que para no comprometer la implementación del programa espacial de Rusia se debe tener un buen estado de salud y recordó que para él, vacunarse es algo común que hace desde su infancia.


"Toda mi vida me vacuné y puedo compararme con aquellas personas que no lo hacían por razones de principio. Ellos se enfermaban y, a menudo, estaban peor de lo que debían estar", detalló en declaraciones publicadas en las últimas horas en un comunicado de Roscosmos, la Agencia Espacial Federal de Rusia.

Con respecto al coronavirus, que en Rusia infectó a 2.819.429 personas y provocó la muerte de más de 50.000 desde el inicio de la pandemia, Artémiev aseguró que " la enfermedad es terrible. Muchos de mis amigos la han sufrido mucho, e incluso hay quienes perdieron la vida a causa del virus".

Como el resto del planeta, la industria espacial en la que trabajan unas 170.000 personas en todo el país, no fue la excepción y se vio afectada por la enfermedad, que causó la muerte a 78 empleados y contagió a 13.000 trabajadores del sector.

El desarrollo de la cosmonáutica cumple un papel fundamental en Rusia, una herencia de la Unión Soviética, que también realizó importantes aportes a la ciencia y la tecnología espacial.


En 1957, lanzó al espacio el Sputnik-1, el primer satélite artificial de la historia con cuyo nombre se bautizó a la vacuna contra el virus SARS Cov-2 desarrollada por el Instituto de Investigación Gamaleya, que es la única que utiliza dos adenovirus humanos como vectores, uno diferente en cada dosis que se dan intramuscularmente con diferencia de 21 días.

La vacuna demostró una eficacia de 91,4% en base al análisis de los datos del punto de control final, obtenidos 21 días después de la administración de la primera dosis, indicó en un comunicado el pasado lunes el Instituto Gamaleya, que añadió que en los "casos graves de coronavirus fue del 100 por ciento".

Otro hito en la carrera espacial tuvo lugar en 1961 cuando Yuri Gagarin, a bordo de la nave espacial Vostok-1, se convirtió en el primer ser humano en llegar al espacio.


Durante este año marcado por el coronavirus continuaron los programas espaciales y en octubre dos cosmonautas rusos y una astronauta estadounidense a bordo de la nave rusa Soyuz MS-17 llegaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) en tiempo récord, ya que demoraron 3 horas y 3 minutos tras haber completado solo dos vueltas alrededor de la Tierra.

Pero para alcanzar este logro, los tripulantes debieron cumplir una estricta cuarentena de dos semanas en la Ciudad de las Estrellas, un pequeño pueblo ubicado cerca de Shchólkovo, al noreste de Moscú, donde los astronautas se entrenan en el Centro Gagarin, y de otros 17 días en Baikonur.

La llegada de la vacuna es fundamental para que la preparación de los cosmonautas retome su curso habitual previo a la pandemia.


En tanto, a partir del lunes 21 de diciembre en Moscú nuevos grupos de la población tendrán acceso a la Sputnik V.

Serguéi Sobianin, alcalde de la capital rusa de 62 años, comunicó que los trabajadores del transporte, los medios de comunicación y la industria que lo deseen podrán recibir la Sputnik V, por lo que se calcula que un millón de personas más tendrán la posibilidad de ser inmunizadas contra el coronavirus.

"Tuve un poco de dolor de cabeza pero me sentí bien", dijo Sobianin a la prensa, tras aplicarse la primera dosis.

El ministro de Salud de Rusia, Mijaíl Murashko, confirmó días atrás que todas las regiones del país recibieron las dosis para la vacunación a gran escala, cuya aplicación es gratuita y voluntaria.