Alumnito pidió un lápiz de regalo y le donaron todos los útiles
Un menor de 11 años se acercó tímidamente a una librería sin pensar que recibiría más que lo que había ido a buscar. El ejemplo solidario se viralizó en redes sociales. El hecho ocurrió en la localidad mendocina de San Rafael.
En tiempos de redes sociales las malas noticias se viralizan rapidamente, pero también hay lugar para las buenas. En esta ocasión un niño se acercó a una librería. no para pedir dinero sino útiles escolares, ante esta situación un comerciante se los regaló. El noble gesto sucedió en la ciudad de San Rafael, Mendoza.
Un chico de no más de 11 años entró a una librería, lleva su pequeña mochila en la espalda y tímidamente sólo le pidió al dueño del local si podía darle un lápiz o algún elemento para la escuela. Sin embargo, el muchacho no esperaba lo que vendría.
Ambos fueron al depósito del local -llamado Dino- donde Mauricio -el comerciante- junto al joven alumno de sexto grado eligieron cuadernos, lápices, tijeras, sacapunta, entre otras cosas, lo necesario para que el niño pueda tener los elementos para encarar su jornada en la escuela y aprender como lo deseaba.
El hombre vio que el chico llevaba una bolsa donde tenía desparramados los colores, por lo tanto le consultó si quería una cartuchera, claramente le dijo que sí. El muchacho encaró para la puerta y antes de salir se dio vuelta para decir: "¡Gracias señor!".
Toda la secuencia fue observada por un cliente que se encontraba allí y contó la situación en su perfil de Facebook: "Hechos que trascienden. Por casualidad del tiempo presencié está mañana un hecho que alienta a seguir empujando para el lado correcto", publicó el usuario Pablo Peñaloza.
"Dejó entrar a un niño que no pedía plata, comida, entró a pedir útiles para poder ir a la escuela (literales palabras del niño) a lo que el duelo de dicho local salió proyectado camino a las estanterías y lleno una bolsa al son de la pregunta ¿qué más necesitás?. Tuve que expresarle mi admiración", contó Peñaloza.
En diálogo con Sitio Andino, el comerciante contó que al despertar de la siesta entró a sus redes y "no podía creer la repercusión que tuvo, ni sabía que alguien lo había visto".