La historia del deporte mostró a lo largo de los tiempos que no siempre un atleta se destacó por un récord, título o actuación que lo depositó en un podio, sino que también existieron hechos en las cuales tal vez hoy sean desapercibidos, pero que al menos décadas atrás causaron sorpresa y fueron noticia en los medios de comunicación.

Esta situación se puede aplicar tranquilamente a Reneé Richards, una tenista estadounidense que nació como varón pero su corazón no lo sentía como tal, y por eso, decidió operarse y cambiar de sexo, pero sus compañeras de circuito la discriminaron por años hasta que pudo cumplir el sueño de "jugar como una mujer".

Richard Raskind antes de la operación.

Para no dilucidar cómo terminó esta historia, primero conviene arrancar por el inicio en el cual Richard Raskind (nacido en agosto de 1934 en la ciudad de Nueva York) desde pequeño sentía que su cuerpo no era el que quería, ya que tenía admiración por las muñecas aunque ese era el "secreto" que nunca debía revelar al mundo.

Los años fueron pasando y el casi 1,90 metros de altura de este joven lo potenció como un fuerte deportista, de hecho, se desempeñó como jugador de fútbol americano, básquetbol y natación por su altura y fortaleza en el Horace Mann School y más tarde, en la Universidad de Yale, donde mostró sus dotes en el tenis, aunque a la par también estudió oftalmología, profesión a la que abrazó el resto de su vida.

Su zurda era tan valiosa y reconocida, que al unirse a la Marina en 1963, fue el representante de la fuerza en los torneos de All Navy, donde fue campeón en singles y dobles. El futuro parecía ser promisorio para la joven promesa, que era mirada por los tenistas profesionales locales de aquel momento.

Sin embargo y a pesar del reconocimiento por sus triunfos deportivos en la Armada, algo en el alma de Richard no era igual, porque sentía que su felicidad no era completa, y por tal motivo, comenzó a frecuentar al doctor Charles Ihlenfeld, que le recetó inyecciones de hormonas para aspirar a un "cambio de sexo" en el futuro.

Reneé Richards disputó cinco US Open.

Varias veces pensó en llevar a cabo la importante decisión, pero siempre aparecía un obstáculo en el camino que lo impedía, sobre todo en 1970, cuando se casó con Bárbara Mole, con quien vivió cinco años y tuvo a su hijo Nicholas, dos años más tarde.

Un punto a destacar es que Richard alcanzó a jugar torneos pequeños y se dio el lujo de disputar cinco veces el Abierto de los Estados Unidos (que no tenía la repercusión que hoy tiene), de los cuales en 1955 y 1957 llegó a la segunda ronda y en 1953, 1956 y 1960 se fue en primera.

Un paso adelante

Volviendo a su cambio de género, en 1973 se divorció de su mujer y se definió por dar el "gran paso" al consultar al médico urólogo argentino (experto en vaginoplastia) radicado en aquella nación, Roberto Concepción Granato, quien atendió su situación. Luego de esperar por dos años, debido a que este tipo de intervenciones quirúrgicas no eran comunes, el tenista ingresó al quirófano y tras tres horas y media, cumplió su sueño y se liberó de ser hombre para pasar a ser una mujer en todo sentido.

Cambió su nombre por Reneé Richards y su vida dió un importante giro, aunque enfrentaría más adelante varias discriminaciones y problemas. Mientras ejercía su rol de oftalmóloga en el estado de California también volvió a su viejo amor: el tenis.

Reneé tiene una gran amistad con Martina Navratilova.

Jugó en torneos chicos como Lahoya, South Orange, Nueva Jersey hasta que fue invitado al US Open de 1976, sin embargo, un mito urbano dice que un periodista pudo haber descubierto la "verdad", ya que había visto jugar a Richard en su faceta masculina y se asemejaba mucho a la femenina.

Reneé jugó en nuestro país en 1977.

Este llamado de atención para las jugadoras se acrecentó cuando se confirmó la verdad, que aquella mujer potente y veloz había sido Richard Raskind, con lo cual la organización del torneo le exige que haga un análisis de cromosomas como los que les habían realizado a los atletas de Europa oriental en los Juegos Olímpicos de México 1968, por la clara sospecha de casos de dóping u otras anormalidades.

Reneé y uno de sus libros "No way Reneé".

Richards se negó al pedido y acudió a los Tribunales enfrentando a la USTA (Federación Americana de Tenis) para que la dejen jugar, y el juez Alfred Ascione falló a su favor y pudo competir en el US Open de 1977 (perdió la final de dobles junto a Betty Ann Stuart frente a Martina Navratilova y su compañera neerlandesa Betty Stove). Cabe destacar, que también disputó cinco veces este torneo en singles y dobles, de las cuales su mejor participación como singlista la tuvo en 1979 donde alcanzó la tercera ronda, en 1980 se fue en segunda ronda y en primera ronda, lo hizo en 1977, 1978 y 1981. En su rol como doblista, además de la final de 1977, terminó en segunda ronda en 1978, 1980 y 1981. En cuanto a los dobles mixtos, sólo participó en tres ocasiones: semifinal en 1979, segunda ronda en 1978 y primera ronda en 1980.

"Second Serve", el otro libro de la tenista.

En 1981, Richards se retiró del tenis profesional (con 47 años) y entrenó a la checa Navratilova (quien es considerada como una de las mejores jugadores de la historia de este deporte), quien por aquel entonces había confirmado su homosexualidad al mundo. Esa relación entre ambas sólo duró un año ya que Richards quiso volcarse de lleno a su profesión, por lo que trabajó como oftalmóloga y luego directora del Manhattan Eye, Ear and Throat Hospital (ciudad de Nueva York), donde finalmente se jubiló y hoy con 86 años sigue siendo un ejemplo de lucha y perseverancia para lograr un sueño.

Vanesa Redgrave interpretó la vida de la tenista en "Second serve".

Reneé publicó en 1983 su primera autobiografía titulada "Second serve" y en 2007, la segunda llamada "No way Reneé: The Second Half of My Notorious life", en tanto, en 2011 se estrenó un documental sobre su vida: "Reneé" y en 1986, se estrenó la película biográfica televisiva "Second serve".

Cosecharás tu siembra

Una "medalla" de honor que tiene a Reneé como amplia ganadora la obtuvo en 2005, cuando la Federación Internacional de Tenis (FIT) estableció que "transcurrido dos años, quienes se realizaron una operación completa de cambio de sexo acreditado legalmente, sumado a un tratamiento hormonal femenino que no constituya dopaje, estarán habilitadas para competir en el circuito femenino".

Reneé tiene 86 años y se jubiló como oftalmóloga.

Hasta el día de hoy, Reneé Richards (a quien nunca dejaron competir en Europa) es la única deportista en la historia que compitió bajo dos nombres distintos, con dos condiciones de género diferentes, pero con una misma huella dactilar.

POR G.A.