La Federación Internacional de Traductores declaró en 1953 al 30 de septiembre como el Día del Traductor con el objetivo de difundir la importancia de esta profesión en su rol de disminuir la brecha entre culturas y favorecer la comunicación en un mundo globalizado.

La celebración busca conmemorar a San Jerónimo, el traductor de la Biblia y quien se convirtió en el patrono de esta profesión.

Se trata del cura italiano que hizo disponible por primera vez el sagrado libro para quienes sabían leer latín y griego. Su lengua materna era el ilirio, pero aprendió griego y henreo viajando y estudiando.

El santo murió un 30 de septiembre del año 420, cerca de Belén.

Hoy en día, mientras herramientas como Google Translator permiten transcribir un texto en distintos idiomas en cuestión de segundos, los profesionales celebrados hoy siguen siendo de vital importancia para la comunicación entre las culturas.

Una prueba de esto se da en la Organización de las Naciones Unidas, la cual cuenta con uno de los servicios de traducción que más profesionales lingüísticos emplea, con cientos de traductores que se encargan de que los documentos de la institución se publiquen con claridad y precisión en sus 6 idiomas oficiales.

San Jerónimo, patrono de los traductores, murió un 30 de septiembre de 420.