Por Alicia Barrios

@alicia_barrios

Desde que Jorge Bergoglio es sacerdote, hasta hoy Papa, fue y será un militante del rosario. Por eso el largo camino del maratón que inauguró con el fuego sagrado el 1º de mayo en el Vaticano, ante nuestra Señora del Socorro.

Este sábado 8 , a las 13 en punto, el arzobispo Jorge Eduardo Scheining, de la Diócesis Mercedes-Lujan, desde la Basílica, oficiará, en vivo y en directo para todo el mundo, el rezo del rosario por el fin de la pandemia.

Allí esta puesta la mirada de Bergoglio, quien tantas veces peregrinó con los fieles para cubrirse con el manto de María. Mandó un mensaje desde Roma para esta ocasión. Desde allí está acompañando.

La basílica tiene como todos los santuarios la coraza del Espíritu Santo y el obispo Jorge Eduardo sabe leer todas las señales de la Piedad Popular. Se despertó un sentimiento en el pueblo de Dios, alentado por el gesto de Francisco, que trasciende las fronteras, cuando llamó a todos los habitantes del planeta, estén adonde estén, no importa si sentados o de pie, a rezar juntos.

La Basílica de Luján, el epicentro de la celebración virtual.

El poder de la oración. Tuvo un éxito inesperado. La piedad popular es un precioso tesoro de la Iglesia católica. Se trata de espiritualidad encarnada en la cultura de la gente sencilla.

Bergoglio, el líder, es parte de esa expresión de la piedad popular por el modo de vivir la fe, su estilo para misionar. Él es un Papa peregrino, que ofició misa tantas veces en Luján como obispo.

Nunca buscó juzgar, sino amar, un lema de los santuarios. Conoce de las manos que se aferran a las cuentas del rosario para enfrentar la adversidad, sabe mirar la carga derramada ante una vela que se enciende en cada hogar para pedir ayuda a María o en las miradas entrañables al Cristo Crucificado.

Es la fe arraigada en el corazón de los pueblos para entrar en la vida cotidiana. Otro ejemplo son las procesiones. Es ahí donde se siente a flor de piel a los santos que vienen marchando. Desde que es jesuita reza cuatro rosarios por día. Él sabe, tiene la certeza, que María lo esta oyendo.

Ella es el apostolado de la escucha. Esta probado que todo aquello que se pide con convicción se cumple. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, para detener esta pandemia. Recemos juntos, de esta nadie sale solo.