Frente al aumento de fiestas clandestinas en la zona, el intendente del municipio cordobés de Río Tercero, Marcos Ferrer, puso en marcha una peculiar medida para desalentar la organización de este tipo de eventos masivos en plena pandemia del coronavirus.

“Quienes participen en fiestas clandestinas deberán pagar altas multas o realizar tareas comunitarias”, indicó el mandatario cordobés a Clarín. Se trata de una normativa que data del 2007, y que si bien se encontraba en el Código de Faltas Municipal, recién ahora comenzaron a aplicarla con el fin de cuidar la salud de los vecinos de los imprudentes y ayudar a que el sistema sanitario no colapse.

En Río Tercero ya pusieron en marcha las sanciones a los jóvenes y adultos que violaran las restricciones de sanidad.

Cabe recordar que Córdoba es una de las provincias que más fiestas clandestinas ha desbaratado en medio de la pandemia del coronavirus en el último tiempo. Y es que al menos 27 de ellas fueron desarticuladas en la madrugada del domingo pasado, a pesar del decreto de necesitad y urgencia que prohíbe este tipo de eventos.

Villa Sarmiento, Las Acequias, Villa Dolores, San Francisco, La Francia, Morteros, Deán Funes, Tanti, Villa Carlos Paz, Arroyito, San Agustín, Balnearia, Costa Sacate y Serrezuela, son tan solo algunas de las localidades donde los efectivos policiales han realizado arrestos a cientos de miles de personas.

El Gobierno provincial se encuentra en alerta roja dado que el último informe del Ministerio de Salud local señaló que el sistema sanitario se encuentra al borde del colapso frente a un 85,4 por ciento de ocupación total de las camas disponibles en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) destinadas al tratamiento del coronavirus.

Luego de realizar el anuncio a comienzos de junio, las sanciones del Gobierno local se pusieron en marcha. Empezó con dos jóvenes que atendieron en un vacunatorio, siguió con dos chicas a las que se les asignó pintar cordones y cunetas de la vía pública, “y seguirá con otra tanda la semana que viene, en una plaza, donde hay mucho para hacer", sostuvo a ese medio Damián Monti, director de la oficina de Recursos Humanos del Municipio.

Las labores comunitarias son de entre 10 a 15 horas, dependiendo la actividad y las obligaciones del sancionado, y son designadas por el Departamento de Recursos Humanos. Además, les dan unos un grupo de trabajadores que controlan sus tareas.

“Buscamos generar un golpe de efecto", resaltó Marcos Ferrer, el intendente cordobés de Río Tercero.

La gran mayoría de los sancionados, muchos de ellos menores de edad, optaron por no realizar estas jornadas de trabajo y pagaron la multa de 40 mil pesos. Por otra parte, los organizadores de las fiestas deberán pagar entre 80 y 200 mil pesos.

Ferrer enfatizó que "no se trata de escrachar a nadie y tampoco se permitirá el insulto o la agresión, pero nos mantenemos severos en la concreción de las tareas comunitarias en caso de que no quieran o no puedan pagar".

El intendente resaltó que desde que se implementó esta medida, notó que muchos jóvenes sancionados cumplen con la multa con la carga de la “culpa” y la “vergüenza” sobre sus espaldas. Sin embargo, son los propios padres de los adolescentes los que se muestran a favor de esta sanción para señalar la irresponsabilidad y la poca sensibilidad frente a las 84.628 mil muertes totales en Argentina.

"Hasta ahora tanto los peatones como los conductores que los ven aplauden la medida. '¡Qué vayan a laburar!', sostuvo Monti al respecto.

"Quiero aclarar que de ninguna manera perseguimos un fin recaudador, ni pretendemos convertirnos en un Estado represor, sino que estamos desesperados por abrirles los ojos a los más jóvenes. Criminalizarlos no es el camino, pero sí que entiendan que no da lo mismo acatar que no hacerlo, por eso defendemos estas sanciones ejemplificadoras", concluyó el intendente.