Un buque pesquero de casi 30 metros, que permanece fuera de servicio desde hace diez años en el puerto de Mar del Plata, será removido y remolcado hasta el parque submarino ubicado frente al faro de Punta Mogotes, donde será hundido para la práctica de buceo deportivo, informó este martes el Consorcio Portuario local.

Se trata del "Don Romeo Ersini", que se encuentra inactivo en uno de los muelles de la terminal marítima marplatense, y será retirado del lugar en el marco de un plan para liberar espacio para la operatoria naval.

La regional local del Consorcio Portuario indicó que el barco será remolcado hacia el parque submarino "Cristo Rey", un espacio ubicado a unos tres kilómetros de la costa de Mogotes, frente al faro, donde se practica buceo en mar abierto desde junio de 1981.


Las gestiones para retirar el buque y hundirlo de manera programada en esa zona están encabezadas por la firma propietaria, Mattera Hnos, y las autoridades portuarias, con intervención de Prefectura Naval Argentina y las escuelas de buceo de la ciudad, que cuentan además con asesoramiento de un equipo de biólogos.

El Don Romeo Ersini es un barco fresquero de 27,6 metros de largo y siete de ancho, construido en 1973, y sus últimas operaciones fueron en 2010, cuando quedó fuera de servicio, amarrado en el Muelle 2 del puerto.

"Hundir barcos inactivos para ampliar la oferta y atractivos del parque submarino que tiene la ciudad es una de las opciones sobre las que venimos trabajando para recuperar frente de amarre para la flota activa", señaló el presidente del Consorcio, Gabriel Felizia.

La opción de hundir buques como alternativa para liberar espacios operativos había sido anunciada en junio último por el organismo.


Según explicó Carlos Brelles, presidente del Club de Buceo Thalassa, " faltan completar algunos trámites, pero la intención sería poder concretar el hundimiento antes de fin de año".

Brelles explicó que la operación para que la embarcación quede apoyada sobre el lecho marino, a unos 20 metros de profundidad, incluye la apertura de una serie de agujeros (rumbos) en el casco, para facilitar el ingreso de agua, una vez remolcado hasta el lugar.

"Ya se hizo el plan de hundimiento y el de impacto ambiental", señaló, y aseguró que "bucear en un barco hundido tiene condimentos especiales, porque genera un ecosistema propio con flora y fauna, se llena de vida en poco tiempo".