@mhripetta

Su vida cambió para siempre desde que supo del asesinato de su único hermano. Contuvo a sus padres, acompañó a sus sobrinos, se puso al frente la lucha por llegar a los responsables. “Sigo pidiendo Justicia”, dice a Crónica Gladys Cabezas que como todos los años estará en el acto en la cava donde fue encontrado el cuerpo incinerado de su hermano el fotógrafo José Luis Cabezas el 25 de enero de 1997.

“En ese lugar siento mucha tristeza e impunidad”, sostiene Gladys que también participará de los actos en Pinamar con los gritos de “Cabezas presente” y los fotógrafos levantando sus cámaras.

“Los tres hijos están en España bien, recordando también a su papi”, dice la tía, que cuenta que allí viven. “Prellezo, uno de los asesinos de mi hermano, se recibió de abogado en la cárcel, y está ejerciendo, no le sacan matrícula”, sostiene la hermana indignada. 

“Creo que hay en un antes y después del crimen de mi hermano para la sociedad”, continúa y agrega: “Fue un crimen mafioso justo a la llegada de la Democracia. Nos dejaron un mensaje a la sociedad y a los periodistas”.

“La Justicia no existe, es lenta”, considera esta mujer que recorrió todos los pasillos de tribunales y ha sido incansable en las búsqueda de justicia.

“A mi me hace mucha falta, no importa los años que pasen. Extraño su amistad y recuerdo lo buena persona que era”, dice la hermana y asegura: “Mis padres murieron de tristeza”. Pasaron 23 años, no nos olvidamos de Cabezas. No se olviden de Cabezas.

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