Francisco se comunicó telefónicamente con los padres de Fernando Báez Sosa, el chico de 18 años masacrado a golpes por una patota de rugbiers a la salida de un boliche de la localidad de Villa Gesell.

El diálogo tuvo lugar el domingo por la mañana y fue confirmado a los medios por Silvino Báez, el padre del joven asesinado.

Fuentes del Vaticano limitaron a destacar la comunicación del Sumo Pontífice con los padres de Fernando como "un gesto y un mensaje del Papa para la sociedad, ante las situaciones de violencia que se viven en estos momentos en la Argentina y en el mundo".

La familia del muchacho fallecido es muy creyente y su hijo era católico, educado en el colegio Marianista del barrio porteño de Caballito y realizaba proyectos solidarios.