Daniel "Dany" Hernández , murió este martes producto de un paro cardíaco. Se trata de un querido mozo de Rosario quien desde hace más de diez años se convirtió en un referente de la inclusión. Impresionados con la noticia, cientos de personas decidieron darle su último adiós a través de las redes.

Desde el local en el que trabajaba decidieron despedirlo con un posteo en Facebook en el que aseguraron: "Con profundo dolor despedimos a un amigo. Hasta siempre Dani ". En cuestión de horas, cosecharon cientos de mensajes y de compartidos.

"Que en paz descanses Dani, tus compañeros te vamos a extrañar muchísimo !! te quiero para siempre", le dedicó Paula , una colega. "Qué tristeza en el alma. Que en paz descanses Dani. Un placer haber compartido todas esas noches trabajando con vos, jodiendo con tanta alegria, picardía e inocencia. Que brille por siempre tu luz. Fuerzas a la familia y compañeros" , agregó Victoria Romero.

Además de sus compañeros de trabajo, muchos clientes del bar le dedicaron unas palabras de despedida cargadas de recuerdos . "Era muy amable hermosa persona y sabía lengua de señas cuando nos atendió cuando nos comunicamos. Fue un ejemplo más. Orgullosa de conocerlo" , sentenció Gaby. . 

Qué le sucedió

Dany amaneció con dificultades para respirar, y según contaron desde la Asociación de Padres Por La Igualdad Rosario (Applir), su familia tuvo dificultades para encontrarle una cama debido a la saturación de los hospitales de la ciudad con la segunda ola de coronavirus. 

Por la noche, y antes de tener los resultados del test de covid-19, falleció de un ataque al corazón fulminante. Daniel no había sido vacunado todavía, ya que no estaba considerado dentro de los grupos de riesgo.

Quién era Dany Hernández

Hace justamente 10 años, un 25 de mayo, pero del 2011, Dany entró al restaurante " El Cairo " y pidió trabajo. Es que justo ese día Applir había usado las instalaciones para grabar un spot publicitario y él, que se había capacitado en la institución les dijo: “ Yo ya soy mozo como ustedes ”.

Así fue como consiguió su trabajo de ayudante de mozo, al que iba los jueves, viernes y sábados. No solo armaba las mesas y retiraba la vajilla sino que algunas veces también se subía al escenario junto a algunas bandas. Es que amaba la actuación y el canto, incluso un año se presentó junto a un ballet en Cosquín.

En 2015, la entonces intendenta de la ciudad, Mónica Fein, lo había distinguido como una de las 50 personas con síndrome de down destacadas en distintas actividades.

Además se haber sido símbolo de la inclusión y un empleado ejemplar, uno de sus fanáticos era el mismísimo escritor Roberto Fontanarrosa, uno de los habituales comensales del lugar. Hoy, el bar y sus clientes lloran la partida del gran mozo.