Cómo ser padres en el Siglo XXI
Luciano Lutereau, autor de "Más crianza, menos terapia" nos revela 5 puntos claves para entender la crianza y aprender a ser mejores padres
Luciano Lutereau es psicoanalista, Doctor en Filosofía y en Psicología. Magister en Psicoanálisis y especialista en psicología clínica. Actualmente trabaja como docente e investigador en la Facultad de Psicología y en la Facultad de Filosofía y Letras. Su libro “Más crianza, menos terapia” fue uno de los más buscados en el último año. La pandemia y el contexto de encierro renovaron las preguntas sobre cómo criar a nuestros hijos y cuáles son las mejores formas de hacerlo.
En exclusivo, nos cuenta la motivación para escribir este libro, su experiencia como padre y qué puntos claves en la crianza debemos tener en cuenta, para resolver diferentes problemas en cada etapa de la niñez.
Un libro para toda persona preocupada por la crianza:
Lutereau comenta que "Más crianza, menos terapia" es indicado para toda persona que tenga un niño a cargo y/o esté preocupado por la crianza. “Fue escrito pensando en padres y madres, pero también en quienes trabajan en el ámbito de la educación: psicopedagogos, psicólogos y otros especialistas que tienen trato cotidiano con la infancia”.
Y agrega que no se trata de un libro escrito exclusivamente desde la maternidad, sino desde la parentalidad. Es decir se trata del abordaje del tipo de compañía que un adulto responsable puede practicar junto a un niño “especialmente hoy en día, cuando los niños del Siglo XXI son tan distintos a los del siglo pasado. Por ejemplo hoy vivimos en una sociedad de lactancia prolongada, muchos niños comienzan a hablar más tarde, también los pañales se dejan de otra manera, incluso es cada vez más común el formato familiar de hijo único, o con hermanos de otras parejas de los padres y, al mismo tiempo, la red familiar que unía a los padres con la generación anterior es más flexible: hoy en día a casi no hay abuelos que se dediquen toda la tarde a cuidar a sus nietos”.
Cambió la sociedad, cambió la familia y por lo tanto cambiaron los niños y los padres. Quien se ocupa de la crianza a veces está desorientado, a veces angustiado, tiene miedo de hacer las cosas mal.
Lutereau comenta que ante este miedo de hacer las cosas mal, los padres buscan información en redes, googlean en páginas, pero les cuesta encontrar lo fundamental: la confianza para aprender a desarrollar un criterio propio y no dejarse llevar por ideales, mandatos o gurúes que dicen lo que hay que hacer, pero sólo generan dependencia.
La motivación de “Más crianza, menos terapia”
“Este libro lo escribí después de muchos años de práctica en mi consultorio y trabajo en instituciones. También a partir de mi trabajo como docente universitario, pero no podría haberlo escrito si no hubiese sido padre. En ese momento, como cuento en el libro, descubrí que en la teoría todo es muy lindo, pero en la cancha uno corre atrás de la pelota y cada tanto espera que le tiren un centro”.
Luciano Lutereau comenta que este libro no cuenta sus éxitos como padre o profesional, sino todo lo contrario: “más bien cuenta lo que no entendí, lo que pensaba de una forma y me sorprendió, lo que aprendí y no estaba en los libros. Como terapeuta, este libro surgió también de lo que escuché en años de entrevistas con padres, a quienes es preciso acompañar para que no pierdan ese lugar, el de padres que puedan decidir sobre sus hijos, porque a veces los profesionales no creemos que somos los que más saben y le decimos a otros qué hacer con su vida, como si nosotros supiésemos vivir; así que no, mejor escuchar y ayudar a que cada quien encuentre su respuesta singular, la que pueda llevar adelante con seguridad”
Los problemas en las diferentes etapas de la niñez:
Lutereau insiste en que este no es un libro de recetas, pero sí una guía para reconocer conflictos que actualmente viven muchos niños. “Hay 5 conflictos sobre los cuales doy pistas” y explaya:
1. Hoy es común que muchos niños, al prolongar la lactancia, no hagan su “destete” con la teta sino con alimentos sólidos. Por eso muchos desarrollan restricciones alimenticias. Por ejemplo, pasa de comer todo a no comer casi nada. En el libro se encuentra la explicación sobre qué es el destete y cómo reconocerlo.
2. A muchos niños les cuesta dormir solos. Se quedan fijados en la fase típica de los temores nocturnos. Si bien éstos temores son normales, su ampliación puede ser una limitante para la socialización posterior. Por ejemplo, a la hora de ir a dormir a la casa de un amigo. En el libro se desarrolla la causa de los miedos y su transformación en el tiempo.
3. Los pañales: ¿cómo darnos cuenta si un niño está preparado para dejar los pañales? Sobre todo porque en esta etapa, es común que los niños comiencen a hacer berrinches o caprichos. Y lo más común es que los padres queden agotados en confrontaciones, muchas veces culposos por la impotencia. En el libro se despligan los motivos de la obstinación infantil y algunas vías para no quedar a la altura de un niño peléandose con otro.
4. Límites, un gran tema. Porque hay que saber que un niño no se lo puede retar de cualquier modo en cualquier momento. Por ejemplo, un niño de 3 años no está preparado para entender las consecuencias de sus actos, es un logro evolutivo posterior. Por eso es preciso saber de qué manera hablarle a un niño para que, según la edad, pueda ir adquiriendo valores y obligaciones. En el libro Lutereau plantea cómo los hábitos son una pieza central en este camino, que prepara la adquisición de normas, que también tienen que ser distinguidas de las reglas y leyes. El recorrido que lleva a un niño a la responsabilidad es complejo y tiene varias estaciones.
5. La relación con la escuela y el modo en que un niño se estresa por el conocimiento. Para esto es necesario conocer cuál es el origen de la curiosidad. ¿Por qué hay una etapa en la que pregunta “por qué” para todo? ¿De qué manera empiezan a preguntar los niños por la sexualidad? ¿Cómo transitar la primaria y asistir a un niño para que se pueda convertir en “alumno''?
Claves de la crianza y la paciencia:
“Creo que de un tiempo a esta parte perdimos el criterio de normalidad. Digo esto porque muchas veces consultan a un terapeuta por motivos que son normales, que son parte del crecimiento, pero claro, crecer implica conflicto y no estamos acostumbrados a pensar a los niños desde el conflicto”, comenta Lutereau y agrega que la paciencia no es una virtud específica que tienen algunos genios, sino que es poder dar tiempo a las cosas.
“Como en el amor, nos cuesta mucho dar tiempo. Al primer conflicto nos desesperamos o nos angustiamos y no vemos el proceso en marcha, queremos la respuesta inmediata, la solución rápida que nos deje tranquilos” y brinda un ejemplo: “si no me banco que un niño me haga perder tiempo, no puedo criarlo. Porque no sólo importa mi tiempo, sino también el tiempo del niño, que es variable, que no se ajusta a veces a mis expectativas. Pero eso no quiere decir patología".
Los niños de hoy:
A veces pequeñas cosas que no parecen importantes y en realidad son fundamentales. Lutereau menciona que “el modo en que un niño empieza a hablar o su relación con el juego. Si un niño hoy puede jugar, tiene el motor para un crecimiento sano. El problema es que hoy en día muchos niños están entretenidos y no juegan. Aquí es donde es preciso hacerse una pregunta sobre las pantallas, porque no se trata de prohibirlas o habilitarlas, sino de entender cuándo los juegos virtuales son juegos de verdad y cuándo producen una compulsión dañina”.
Por último Lutereau da un consejo de confianza, para que cada adulto responsable pueda librarse de los mandatos y aprender de la propia experiencia. "Los consejos que escribo en Más crianza, menos terapia”son para que cada quien, tenga criterios de reconocimiento y pueda tomar sus propias decisiones de crianza".
Conseguí tu edición de "Más crianza, menos terapia" en www.cronishop.com.ar ¡Hacemos envíos a todo el país!