El 11 de febrero de 1985, la URSS perdió control de su estación. Una misión de emergencia con Vladimir Dzhanibekov y Viktor Saviny fue enviada para rescatarla. 

Fue así que el 6 de junio de ese mismo año, lograron acoplarse para salvarla, pero descubrieron que micrometeorítos habitaban la nave y las baterías se descargaron. Ante esto, los astronautas orientaron los paneles solares para que volviera a generar electricidad y se prendieron los calentadores.

Sin emargo, en 1991, ingresó nuevamente en la atmósfera y la URSS ya no acudió a rescatarla, por lo tanto, comenzó a desintegrarse. Aquellos restos cayeron en Argentina.

"Miles de fragmentos se desprendían e incineraban en la atmósfera. Cada uno de ellos se apartaba del cuerpo principal, se consumía en llamaradas y finalmente desparecía de la vista”, describió el astrónomo Guillermo Goldes.

"Vi caer la Saliut 7. Cuando me preguntan cómo fue, sonrío. Nunca podré describir la intensidad de aquel momento", sentenció el profesor de las facultades de Matemática, Astronomía, Física y Computación de la Universidad Nacional de Córdoba.