El rol vital que cumple la alimentación durante la infancia se ve reflejado en el crecimiento, rendimiento y el fortalecimiento del sistema inmune de los niños. Las golosinas no aportan ninguno de los nutrientes que los chicos necesitan y hasta pueden ocasionar diversos problemas de salud, pero a ellos les encantan. Entonces, ¿cómo hacer para reemplazarlas?.

Los niños, como los adultos, necesitan mantener una alimentación saludable y equilibrada, repartida en cuatro comidas diarias, pero es el famoso snack, o picoteo entre comidas, el que ha tomado relevancia en los últimos tiempos, gracias al surgimiento del consumo responsable de alimentos que despertó el interés de las personas por conocer qué se ingiere, de dónde proviene y qué ingredientes lleva, con el objetivo de comer más saludable.

Los chicos están acostumbrados a realizar un gran desgaste de energía durante el día y la tarde, es normal entonces que sientan apetito aún entre comidas, el problema es que lo hacen con productos ultraprocesados, cargados de azúcar y químicos.

Según estudios recientes en Argentina se consumen 114 gramos de azúcar diarios por habitante, cuatro veces la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud que va entre 25 y 50 gramos.

¿Cuáles son los snacks permitidos?

Si los niños quieren picotear algo entre comidas, hay que apuntar a un alimento sano, que ayude a mantener la energía para que los chicos puedan rendir todo el día, que contengan micronutrientes (vitaminas y minerales, especialmente hierro, calcio y zinc, esenciales para el crecimiento), además de proteínas y fibras. Por otro lado, debe aportar pocas calorías y grasas.

Algunos de los nutrientes más importantes son: la vitamina A que es clave para la piel, los huesos, las defensas, la retina y la visión. Su falta causa problemas en la vista, defensas bajas, entre otros. La vitamina D previene el raquitismo, ayuda a absorber el calcio y la transmisión neuronal. El hierro es fundamental en el transporte de oxígeno, en la producción de sangre, la defensa ante las enfermedades y el desarrollo cognitivo. Su déficit puede generar anemia, cansancio y bajo rendimiento escolar. Por último, el calcio influye especialmente en los dientes y huesos, interviene en la coagulación, las neuronas, las hormonas y la contracción de los músculos.

Cuando los niños sienten apetito entre comidas, el snack se convierte en un recurso para salir del problema, pero puede ser contraproducente.

Los snacks deben ser prácticos y por sobre todas las cosas, atractivos para los niños. No es lo mismo presentarles frutas y verduras en su versión original, que jugar con la creatividad y ofrecerlas con formas divertidas y con una carita feliz.

Los frutos secos en bolsitas pueden ser un gran aliado. Son sanos, proporcionan energía y son fáciles de transportar. Además, son ricos en ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. En el caso de las frutas desecadas, puede que tengan un aporte de azúcar un poco alto pero también contienen las vitaminas y minerales de la fruta original. Como los frutos secos, son fáciles de trasladar y suelen ser bien aceptadas por los chicos.

Los lácteos son un alimento esencial para su desarrollo, los yogures son una excelente alternativa para incorporarlos cuando están fuera de casa. Muy nutritivos, bajos en grasas (en su versión descremada) e invitan a los niños a elegir su sabor favorito.

Los cereales cuentan con la ventaja de ser muy bien recibidos por cualquier chico. Su opción integral es la más sana, aunque se puede mezclar con algunos azucarados para terminar de convencerlos.

Los niños son más receptivos a los snacks saludables bien presentados. Una trampita que cumple el objetivo.

Snacks saludables

- Frutas: todas son buenas, aunque las favoritas suelen ser la manzana o banana.

- Frutos secos: el maní, uno de sus preferidos, no es de los más sanos. Es preferible optar por las nueces, almendras o avellanas.

- Barritas de cereal: si bien las opciones industrializadas llevan mucha azúcar, las dietéticas suelen tener opciones más saludables.

- Chocolate negro: con un mínimo de 70% de cacao.

- Verduras: aunque no tienen muchos adeptos, una gran solución es ofrecerles zanahorias con forma de bastoncitos o cubos pequeños