Dentro del mundo de la astrología, cada signo del zodiaco representa un conjunto de características que, si bien no son fijas y no determinan a una persona, nos dan una noción de cómo son individualmente y cómo se desenvuelven con su entorno. 

En este sentido, podemos toparnos con personas sumamente alegres y optimistas que siempre verán venir lo bueno y apostarán a que las cosas salgan de la mejor manera posible. Del otro lado, tenemos a aquellas personas a las que les cuesta mucho percibir desenlaces positivos en las cuestiones que los rodean y tienen una tendencia a ver lo malo en todo. Ellos son:

Virgo

Virgo es un signo muy detallista, metódico y planificador. Necesita hacer todo con sus propias manos y por eso le cuesta tanto delegar en otras personas los asuntos importantes.

Por este motivo, Virgo suele ser muy pesimista. Es tan perfeccionista que cree que ningún resultado estará a la altura de sus expectativas y, menos aún, si él no se encarga de hacerlo, creerá indefectiblemente que nada saldrá bien.

Los virginianos necesitan relajarse y entender que las cosas pueden llegar a salir bien incluso si ellos no se encargan de ejecutarlas, y disfrutar más así del trabajo en equipo.

Cáncer

Es un signo muy sentimental y extremadamente dramático. Cáncer siempre le verá el lado trágico a todos los asuntos y se verá venir lo peor. Ve una película dramática en todo lo que lo rodea y le cuesta mucho pensar en finales felices.

Cáncer vive todo con mucha intensidad y sus emociones siempre están a flor de piel, por lo que se arma situaciones negativas en su cabeza de las que después le cuesta mucho salir.

De todas formas, para poder romper con ese pesimismo que lo caracteriza, posee una astuta predisposición a contemplar y pedir la opinión de sus afectos, lo que contrarresta su visión negativa de las cosas y lo ayuda a ver con más claridad.

Piscis

El signo más soñador del zodiaco. Cuando quiere algo, Piscis se arma películas de fantasía en su mente e imagina todo tal cual quiere que suceda, poniendo muchas expectativas que luego se tornan inalcanzables.

Cuando eso sucede, el castillo de naipes cae indefectiblemente y Piscis verá todo negativo, porque nada se parece a lo que imaginó y soñó.

Esta es una situación que se repite una y otra vez en su vida, y lo que lleva a que comience a ver todo con un gran pesimismo, porque siente que esa desilusión se torna un patrón repetitivo en su vida. De todas formas, y aunque todo se venga abajo, siempre vuelve a creer.