Cuando nos vamos de vacaciones, sea al lugar que sea, sabemos que en alguna ocasión nos puede suceder que vayamos a almorzar o cenar a algún sitio y que nos cobren una barbaridad por los platos que hayamos pedido. Mucho más abultada va a ser la cuenta si es que tenemos la posibilidad de visitar un local gastronómico de Mykonos, una de las islas griegas más famosas. Allí, una mujer y su hija fueron a comer a un restaurante de la playa de Platys Gialos y se quejaron de que habían gastado una fortuna inaudita por dos tragos y un solo plato.

Las denunciantes del "robo" que sufrieron tras recibir el ticket del restaurante fueron identificadas como Brenda y Keila Moulton, quienes estaban visitando la playa de Platys Gialos de la isla para pasar un día de sol y relajación.

En su relato, las dos mujeres dijeron que un mozo las invitó a sentarse en unos sillones que tiene el restaurante y, aunque inicialmente se negaron, aparentemente el hombre fue persistente y terminaron por sentarse a comer algo liviano y rápido.

La carta del costoso restaurante griego.

"Siéntense aquí, tomen un trago y tendrán estos sillones a su disposición, gratis. Es mediodía, no hay problema", les dijo el camarero, según contó la mujer más grande. "Constantemente nos preguntaban si queríamos pedir algo de comer. Keila y yo no teníamos hambre, pero decidimos probar algo de la lista, con la esperanza de que nos dejaran en paz", dijo la señora.

Cuando recibieron el ticket, las dos mujeres se sorprendieron por el monto de la cuenta, la cual estaba cerca de los 600 €, es decir, unos 140 mil pesos argentinos. Brenda supuso que debía haber un error cuando vio esa suma abultada. 

"Al principio no estaba detallado, porque el papel no mostraba exactamente lo que habíamos pedido. El tipo me pidió que pagara casi 600 € y le dije que no podía, que había cometido algún error", contó la madre. 

Pero el problema para Brenda y para Keila no terminó allí, porque el restaurante amenazó con llamar a la policía cuando discutieron el asunto del ticket. La señora afirmó que se sintió amenazada y posteriormente pagó la abultada cuenta. 

Sin embargo, luego le contó todo lo sucedido a la policía y los uniformados le recomendaron que contrate un abogado para tratar el caso.

Desde el restaurante, llamado DK Oyster, aclararon que "al cliente se le cobró este precio porque las patas de cangrejo Real no son un artículo con precio especificado en la carta y el costo se realiza de acuerdo con su factura de compra". En ese sentido, se excusaron de que  "no se había producido ninguna violación, en absoluto" a los derechos del consumidor y las leyes de compra-venta vigentes en Grecia