Nene comió hamburguesa, llegó "muerto" de dolor al hospital y varios días después hallaron el increíble motivo
El menor de 4 años estaba junto a su familia comiendo en un restaurante cuando, de pronto, comenzó a tocarse la oreja y a llorar del dolor. Los médicos no encontraban la razón y la situación era desesperante, hasta que finalmente dieron con el diagnóstico.
Un particular situación fue relatada por una médica de Estados Unidos, quien contó en sus redes sociales cuál fue, según ella, uno de los casos más interesantes que tuvo que resolver en la guardia del hospital junto a su equipo. Se trata de la historia de un pequeño de cuatro años que llegó con un intenso dolor de oído tras comer una hamburguesa en una barbacoa.
Meghan Martin es una médica especialista en emergencias pediátricas del estado de Florida, en Estados Unidos. La mujer tiene una cuenta de TikTok (@beachgem10) en la que comparte cientos de vivencias que tiene día a día en el trabajo.
“El nene estaba en un restaurante de barbacoa comiendo una hamburguesa con su familia cuando de repente se agarró la oreja y empezó a llorar, le dolía el oído. Así que lo llevaron a urgencias y le hicieron un examen del oído. El resultado dio normal, no había nada que llamara la atención”, inició.
Debido a esto, se limitaron en recetarle un ibuprofeno al paciente y le dijeron que en dos días fuera a una consulta con un especialista en nariz, garganta y oído para que evaluara su cuadro.
Más estudios y dolor continuo
Es así que a las 48 horas, la familia lo llevó al consultorio del médico. Meghan relató al respecto: “Le realizaron otro estudio y, de nuevo, arrojó que el nene no tenía nada. Todo parecía normal. Por lo tanto, continuaron suministrándole ibuprofeno y también gotas para el oído”.
Pasaron otros dos días, pero el dolor no se iba. Es así que el niño fue de vuelta a la guardia y le realizaron una tomografía computarizada del hueso mastoideo, que se ubica detrás del oído. Sin embargo, tampoco encontraron nada extraño. Los médicos les indicaron entonces que volvieran luego de unos días para otro control con un especialista.
Lo cierto, es que una madrugada, el niño no soportaba más el dolor y debieron regresar a la guardia. Eran las 4:30 de la mañana cuando la doctora Meghan Martin lo atendió por primera vez. “Yo era la doctora a cargo en ese tiempo”, contó en el video.
“El paciente tenía fiebre y no quería comer ni beber. No sabíamos lo que sucedía con él. Su examen de oído daba un resultado normal, pero aún seguía apesadumbrado por el dolor”, relató.
Le hicieron entonces una radiografía de garganta, la cual arrojó resultados diferentes a los días previos. Se venía que el lado derecho de la zona de las amígdalas estaba inflamado, además de que el niño presentaba sensibilidad en el cuello.
Debido a esto, el equipo médico resolvió hacerle una tomografía completa de cuello y oídos con contraste, a la vez de suministrarle líquidos por intravenosa y realizar exámenes de laboratorio.
¿Qué pasó realmente?
Luego de tanta incertidumbre, por fin pudieron encontrar el porqué del malestar: “La tomografía de cuello mostró que el niño tenía un pedazo finito de metal de 2 centímetros alojado en la boca, en el tejido blando de la amígdala derecha. Este objeto causó que se empezara a formar, con el tiempo, un absceso periamigdalino o peritonsilar alrededor del mismo”, aseguró Meghan.
El pedazo de metal llegó a ese lugar en el restaurante de barbacoa. En este sentido, la médica explicó: “El cepillo que suelen utilizar en parrillas para limpiarlas está compuesto por pequeños hilos de metal. Uno de estos se desprendió y terminó en una hamburguesa que luego se comería el niño”.
Y añadió: “El niño sentía dolor en el oído porque el hilo de metal se encontraba incrustado en la zona de la trompa de Eustaquio. Esta trompa (o tubo) conecta el oído medio con la parte de atrás de la garganta. Por eso tenía dolor y presión de oído”.
Los cirujanos entonces removieron el cuerpo extraño de la garganta y procedieron a drenar el absceso. Finalmente, le recetaron antibióticos y el “el dolor cesó por completo”. “Por favor, no usen cepillos con hilos de metal”, cerró la médica.