Erika Constantine, de 26 años, sacó a pasear a su perra por un área llamada Sunrise Park, en Carolina del Sur, Estados Unidos, cuando vio que el animal se detuvo a olfatear algo: eran los huesos de una especie monstruosa.

“Estábamos paseando, y ella se acercó. La vi olfateando y eso es lo que me hizo caminar hasta allí porque solo hace eso si algo está muerto o si hay algo interesante para ella”, contó la joven.

Se acercó a revisar qué era lo que había observado y la invadió el horror al instante. Se trataba de un esqueleto de una criatura con cráneo ovalado, dientes prominentes, una especie de aleta dorsal y unos huesos largos que parecían ser piernas, aunque en los restos no había brazos.

Erika, que reside en un pueblo cerca de Charleston, Carolina del Sur, dio aviso a las autoridades, además de sacarle fotos a los restos para tratar de determinar qué era.

“Sinceramente, no sabía qué era. He vivido aquí durante unos cinco años y nunca me había encontrado con algo como esto, aseguró la muchacha. Constantine decidió subir las fotos a las redes, para ver si algún usuario lograba identificar la especie.

“Pensé que alguien diría, ‘Oh, es como una foca’ y luego continuaría con mi día, pero a mucha gente se quedó perpleja”, señaló Erika sobre su fallido intento de conseguirle una identidad al animal muerto.

Constantine decidió subir las fotos a las redes, para ver si algún usuario lograba identificar la especie pero no tuvo suerte.

Las autoridades del lugar sugirieron que podía llegar a ser una zarigüeya, pero a Constantine no le convenció. Erika cree que esta criatura llegó a las costas de la playa desde una isla prohibida que está habitada por monos y fuera del alcance de los visitantes humanos.

“Técnicamente se llama Morgan Island, pero se le conoce como Monkey Island. No está habitado por humanos, son todos monos con los que el gobierno hizo pruebas. Creo que uno de los monos de Monkey Island podría haber sido arrastrado por una corriente, la marea alta o lo que sea y luego se dirigió a Charleston”, explicó Erika, que todavía sigue buscando pistas y respuestas.

La isla obtuvo su apodo de la colonia de aproximadamente de 4.000 monos Rhesus que habitan en el lugar. Las únicas personas que pueden acceder a ella son investigadores que trabajan para el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID).

Pero son muchos los que aseguran que la isla alberga un laboratorio similar al del Centro de Enfermedades de Plum Island (PIADC), ubicado en el condado de Suffolk, Nueva York. En este lugar se practicaría todo tipo de experimentos con patógenos en los animales.