Fueron a comer a un restaurante, dejaron una mala reseña en Google Maps y el dueño los "liquidó" con su respuesta
Una clienta eligió la aplicación de Google para contar su experiencia en el lugar al que fue a comer. Aseguró que la hicieron esperar una hora de más y la respuesta del propietario no tardó en llegar.
Google Maps es una de las aplicaciones que los usuarios eligen para buscar cómo llegar a determinados lugares y también la usan para dejar comentarios sobre sus experiencias en los sitios que visitan. A la hora de ir a comer a un buen restaurante, los comensales tienen en cuenta esas referencias y la calificación que recibió el local gastronómico.
Es así como la reseña de un cliente en Google Maps fue tenida en cuenta por un usuario que estaba en búsqueda de un lugar para ir a comer con su familia en Semana Santa, pero no esperaba también encontrar la respuesta del dueño del restaurante, la cual dejó una lección moral destacable.
"Esta Semana Santa me voy con mi señora esposa y mis churumbeles (niños) a visitar El Valle del Jerte (España). Buscando por Google un sitio para comer allí me he puesto a leer reseñas de restaurantes y me he encontrado esta maravilla en Navaconcejo (municipio español en la provincia de Cáceres)", escribió un usuario de la web FinoFilipino.
Hace una semana en Google Maps, la usuaria Aurora y Bea García Pérez dejó su opinión sobre el restaurante al que fue a comer: "Decepcionante en todos los aspectos. Hoy teníamos reserva a las 15:00 y nos han sentado a las 16:00 y porque nosotros nos hemos enfadado".
"Mala gestión del restaurante, comida regulera y el dueño un impresentable, cobrando una ronda que supuestamente era gratis. Nos han subido el precio de la carta cobrando de más una botella de vino. No volveré", escribió la clienta, quien calificó al lugar con una estrella.
Sin embargo, esto no fue todo porque nadie esperaba encontrarse con la respuesta del propietario: "Te levantás una buena mañana y vas al médico. Te sientas pacientemente a esperar tu turno y los pacientes van pasando a consulta de uno en uno".
"Sales del médico y te acercas a la oficina de Correos a recoger un paquete. Agarrás tu número en la maquinita y esperas pacientemente a que te llegue el turno. La chica de la oficina los atiende por orden, de uno en uno. Luego te pasás por la carnicería a hacer unas compras, pides la vez y haces cola sin rechistar y resignándote a esperar quince minutos a que te atiendan, pues el carnicero no puede atender a más de una persona al mismo tiempo", explicó el dueño en su larga respuesta.
La reflexión, más que una respuesta, siguió: "Después al supermercado y lo mismo. De uno en uno. En el Ayuntamiento. En la papelería. En la taquilla del cine. Llamás a atención al cliente de tu compañía telefónica y resulta que no pueden atender más de una llamada al mismo tiempo".
"Luego te toca acudir a tu puesto de trabajo. Aquí la cosa cambia. Da igual que lleguen ocho, veinte, un autobús del inserso (sic) o las legiones del ejército imperial de Marco Ulpio Trajano. Debes apañártelas para servirlos a todos al mismo tiempo. Porque cuando un ser humano posa sus nalgas en la silla de un bar, cada microsegundo que pasa sin tener una bebida en la mano le va hirviendo más la sangre y colmando su paciencia”, escribió el dueño del restaurante.
La respuesta parecía no tener final porque la reflexión era cada vez más profunda: "Porque conocen nuestra naturaleza superior. Porque cuando el resto de los simples mortales solo son capaces de atender a las personas de una en una, nosotros tenemos la capacidad de clonarnos en el espacio-tiempo y estar en varias mesas simultáneamente".
"Porque si nuestra habilidad nos falla y la gente espera una fracción de segundo más de lo debido, se esfuman como una fragancia en la brisa. Algún día compañeros, usaremos este don virtuoso en nuestro beneficio y doblegaremos a las mentes más débiles. Algún día, el mundo será nuestro", finaliza la larga respuesta del dueño del restaurante al cliente que se quejó por la atención tardía.