Encontrar un restaurante bien valorado en los polos gastronómicos de las grandes ciudades como del mundo es cada día más fácil que nunca gracias a los celulares y los comentarios de Google. Con un par de clics, cualquiera puede descubrir qué calificaciones posee el local que tenés pensado visitar, e incluso sorprenderse con las respuestas que dan los propietarios a las críticas de sus clientes. Pues tener una buena puntuación no siempre es señal de educación y cortesía.

En esa categoría está un conocido restaurante mexicano situado en el barrio gótico de Barcelona, llamado La Pachuca. Este establecimiento tiene una nota media de 4,5/5 en Google y más de 1.300 comentarios, pero lo llamativo es como el dueño se enreda en discusiones -llegando, incluso, a los insultos- con los visitantes lo califican con solo una estrella. 

Por ejemplo, un hombre le dio la calificación más baja porque no les "ofrecieron cobijo" cuando, junto a su pareja, acudieron al local con su bebé y recibió una respuesta fulminante.

"Me dirigía a este restaurante a cenar y de camino nos cayó encima un tremendo aguacero (...) Al llegar y preguntar al encargado si habría posibilidad de cenar, y viendo que mi pequeña de 20 meses estaba literalmente empapada junto a mí y mi mujer, nos respondió que no había tal posibilidad", relató.

"En ningún momento, dicho encargado nos ofreció cobijo de la lluvia, (...) siendo numerosos clientes los que, alucinando con la situación, se solidarizaron con nosotros ofreciendo chaquetas o toallas. (...) Espero que, si algún día decide ser padre, nunca se encuentre en una situación tan extrema con un impresentable como él", agregó.

Pero la respuesta del propietario no tardó en llegar y se volvió viral. El sujeto prefirió dejar atrás las formalidades y contestó de manera directa.

“¿Y qué tal si no sacas a tu bebé de 20 meses en un día que estuvo nublado desde la tarde y con advertencia de lluvias fuertes directas al móvil por si las nubes no te eran suficiente? ¿Qué tal si llevas un paraguas o cobertura porque el día se anunciaba? ¿Qué tal si no usas a tu niña como excusa para brincar la fila y que se te dé un lugar en el restaurante antes que la gente que lleva tiempo esperando?", inició su replica.

Y concluyó: “La gente no te ayudó a ti, ayudó a tu niña. ¿Viste a alguien decirte: ‘oye, yo te cedo mi lugar y pásate con tu nena?’ No. Porque lo que querías es una falta de respeto con todos los que estaban ahí esperando. La situación era más bien: "vamos a hacer lo que a este tarugo ni le pasa por la mente". No te confundas. Gracias por contribuir a crearnos una clientela más pensante y sensata riéndote de ella”.

Lo curioso es que este hombre suele utilizar ese mismo tono a la hora de responder otras malas reseñas de Google, lo cual no deja de sorprender a los usuarios: por lo general, los empresarios del rubro optan por contestar con un texto más formal y estandarizado.

"¿Exactamente cómo es nuestra culpa que tú no hayas podido entrar? No es nuestra culpa que decidas salir en la última noche pre confinamiento cuando todos deciden salir. Tampoco es nuestra culpa estar trabajando a la mitad de nuestro aforo ni con horario reducido. Menos es nuestra culpa que quieras ir en hora pico cuando somos un restaurante que está abierto todo el día y si hubieras planeado un poco no hubieras tenido esta experiencia. Y tampoco es nuestra culpa que unos chicos escojan la misma noche que tú para salir y festejar un cumpleaños", le constestó a una persona que intentó comer en el lugar.

"Tips para la vida: calma las cabras, respira profundo, aprende a disfrutar, sonríe, trata bien a la gente y verás como obtendrás lo mismo de ellos además de mucho menos disgustos. El mundo y lo que nos pasa no es más que un reflejo de nosotros mismos", le dijo a un usaurio que se sintió maltratado durante su visita.

"La verdad, tanto tu evaluación como la de tus amigas nos tiene sin cuidado. Si tus amigos son como tu y te los llevas nos haces un favor. Si no regresas otro mas grande. ¿La idea era amenazarnos? La verdad gracias mas bien" y "Aprenderemos a vivir con la perdida :)", son otros claron ejemplos de las pocas pulgas que tiene el dueño del establecimiento.