Una cena familiar terminó con una agradable sorpresa luego de que uno de los comensales se encontró con un "ingrediente extra" en su plato. La historia se volvió viral y recorrió el mundo.

Ocurrió hace unas semanas, cuando Scott Overland, un corporativo de la ciudad de Filadelfia, salió a cenar con su esposa y sus hijos durante sus vacaciones en Rehoboth Beach, Delaware.

El restaurante elegido fue un sitio llamado Salt Air y pidió un plato de almejas. Hasta ahí todo normal, pero un extraño hallazgo, pese al temor inicial, le produjo gran alegría: encontró una perla de 4.000 euros, unos $583.134, mientras comía.

Al principio, Overland pensó que era algo que el chef había dejado caer accidentalmente porque tenía un color único que ni él ni su esposa sabían que podía existir en el mundo de las perlas. De hecho, en diálogo con USA Today, dijo que no sabía que las almejas podían hacer perlas, ya que pensaba que eran exclusivas de las ostras.

“Yo era el que comía principalmente las almejas y hacia el final del plato, simplemente mordí algo que se sentía un poco duro”, contó. “Pensé que era un caparazón o algo así, pero luego miré y era esta pequeña cosa púrpura”, agregó.

Las perlas son una de las joyas más cotizadas y valiosas: algunas ostras pueden tardar hasta diez años en formarla y son muy difíciles de hallar, por lo que suelen tener un valor muy alto en el mercado.

En este caso, se trató de un ejemplar raro y especial, valorada en al menos 4 mil euros. Pues casi todas las perlas que pueden existir en estas almejas se destruyen. Solo una de cada 5.000 produce una perla y la mayoría se encuentra dañada o de mala calidad debido a todo ese procesamiento.

“Mientras estábamos pagando, le mostré a la camarera y ella estaba muy emocionada”, contó Overland, y agregó que ella misma se tomó algunas selfies y anunció con orgullo el hallazgo a sus compañeros de trabajo. “Cuando nos íbamos, la escuchamos decirle a todos los demás servidores: '¡Mi cliente acaba de encontrar una perla en su almeja!' Parecía muy emocionada por eso”, añadió.

Mientras tanto, Scott todavía no decidió qué hacer con su hallazgo: si venderla por o convertirla en una joya para su esposa. “Podríamos tratar de convertirlo en algo para que podamos tener una reliquia familiar especial. Eso, o tengo que seguir comiendo almejas y encontrar una segunda si quiero convertirlas en pendientes”, señaló al mencionado medio.

El hombre mostró en las redes sociales la perla que encontró en su plato de almejas.