Receta fácil y rica: cómo preparar paso a paso la focaccia, el exquisito pan italiano
Este clásico pan, característico de Italia, es de fácil preparación y es ideal para acompañar comidas o usarlo para sánguches o bocatas. ¡Conocé el paso a paso!
Uno de los panes más ricos y fáciles para preparar viene directamente desde Italia, pero se puede hacer en cualquier cocina del mundo por sus ingredientes, que son verdaderamente simples y están al alcance de todos.
Se trata de la focaccia, un tipo de pan con mucho sabor y una textura increíble que invita a usarse no solo como acompañamientos de comidas, sino también para armar unos sánguches o una bocata.
Cuál es la mejor manera de acompañar una focaccia en su preparación
Este pan italiano brinda una increíble posibilidad de sabor, aunque es importante usarla de manera correcta para exprimirla al máximo. En este punto, la clave está en qué ingredientes usar a la hora de prepararla.
Para acompañar la cocción de la masa, se pueden elegir varias hojas para darle sabor y aroma, como el romero, un gran ingrediente para poner. Otros pueden ser la albahaca, el tomillo, la rúcula y demás.
Además, este pan brinda la opción de poder sumarle pequeños pedazos de otros productos para ampliar su sabor. Uno de los más utilizados es la cebolla y los tomates cherrys, que además de darle una imagen espectacular, le da un sabor increíble. También se puede lograr con un poco de panceta picada y previamente salteada.
Ingredientes para poder hacer una focaccia
- 200 gramos de harina de fuerza
- 300 gramos de harina de trigo
- 7 gramos de levadura seca de panadería o levadura fresca (proporciones de levadura seca y fresca)
- 12 gramos de azúcar
- 10 gramos de sal
- 350 gramos de agua tibia
- Aceite de oliva virgen extra
- Hierbas aromáticas al gusto
- Condimentos al gusto
- Sal gruesa al gusto
Paso a paso: cómo preparar una focaccia en casa
Previo a comenzar con la preparación, es importante saber que la preparación de este pan se basa en una masa húmeda, las cuales requieren un poco más de trabajo y de atención. Consejos: las manos bien mojadas con aceite para poder manipularla correctamente.
1- En primer lugar se debe tomar un bol pequeño y colocar el agua, el azúcar y la levadura, para luego esperar diez minutos aproximadamente a que active.
2- En otro más grande, se echan las harinas y luego la mezcla anterior, para después agregarle la sal. Ahí se integra todo y se amasa por aproximadamente 10 o 15 minutos hasta obtener una masa elástica y no muy pegajosa.
3- Seguido, se deberá tomar otro bol y pintarlo con aceite. Allí se echa la masa, tapar con un paño húmedo y dejarla durante 1 o 2 horas. Cuando duplique el volumen, ahí se puede volver a intervenir.
4- Ya duplicado el volumen, hay que tomar una bandeja para horno y pintarla también con aceite. Allí se la pone y se la extiende. Ahora hay que dejarla fermentar nuevamente hasta que duplique su volumen.
5- Antes de mandar al horno, aparece la magia. Allí se pueden echar las hierbas y las verduras. Y previo a mandar al horno, es clave volver a pintarla con aceite y, para sumar, echar un poco de sal gruesa, para resaltar los sabores.
6- Luego de haber precalentado el horno a 250 grados, hay que hacer unos huecos en la masa con los dedos -previamente aceitados- para darle su forma característica.
7- Allí hay que meter al horno a 250 grados durante 5 minutos. Luego bajamos la temperatura a 220º y seguimos horneando otros 15 o 20 minutos. Cuando esté dorada y algo dura, ¡está lista! Ya se puede disfrutar de una exquisita focaccia casera.