El pochoclo lleva miles de años entre nosotros, aunque su protagonismo en el menú de las diferentes culturas se modificó con el paso del tiempo. De ser parte de la cocina precolombina pasó a convertirse en el compañero ideal de cada visita al cine. Cómo fue su evolución y por qué se celebra el Día del Pochoclo.

En la actualidad este snack se destaca como símbolo gastronómico de las salidas al cine, al teatro, una noche de películas en casa o en su versión salada, como complemento de una pinta de cerveza helada.

Los pochoclos son versátiles y su receta es muy económica, ya que su principal ingrediente es el maíz pisingallo. Además, su preparación es apta para principiantes en la cocina. Todos, chicos y adultos, pueden animarse a realizarla para luego disfrutar en familia o con amigos.

Este snack es tan popular que hasta tiene su propia celebración mundial, cada vez que el calendario marca el 19 de enero. La fecha sirve para rendirle homenaje a un alimento sencillo y noble que forma parte de la alimentación humana desde hace muchísimo tiempo, de hecho, tiene un origen milenario.

La evidencia arqueológica señala que el consumo de pochoclo podría ser muy antiguo. Los historiadores aseguran que el maíz fue cultivado por primera vez en México hace cerca de 9.000 años a partir de una hierba salvaje llamada teosinte.

Los investigadores sostienen que en las culturas precolombinas de América del Sur el maíz también se consumía como pochoclos. Fósiles hallados en Perú probaron que este alimento ya se preparaba en el año 4.700 a.C.

Pochoclos y cine, la combinación perfecta

En el siglo XX, más precisamente en 1927, cuando el sonido se incorporó a las películas y el cine se democratizó, la clase trabajadora hizo de este tipo de entretenimiento uno de los más populares. Así nació la costumbre de comprar a vendedores ambulantes los pochoclos para consumir antes de ingresar a las salas. 

Más tarde, con la Gran Depresión que afectó a Estados Unidos en 1929, los empresarios vieron la oportunidad de hacer dinero permitiendo ingerir este snack dentro del cine. Al igual que hoy, su producción era muy económica, se ofrecían las variedades saladas y dulces, a gusto del espectador, y se trataba de una golosina adictiva. No pasó mucho tiempo hasta que se dieron cuenta que era posible vender baldes repletos en casi todos los cines, por un valor muy superior al de fabricación.

Receta de pochoclos

Con el tiempo, el consumo de pochoclos también se trasladó al hogar y motivó el desarrollo de electrodomésticos listos para su preparación. Sin embargo, la receta es muy sencilla y bien puede prepararse desde la comodidad del hogar, en pocos minutos y por una módica suma de dinero. 

El paso a paso es el siguiente: colocar aceite y media taza de maíz pisingallo en una olla profunda con tapa a fuego bajo. Cuando comiencen a "explotar" los granos, mover la olla (tapada), agitando hacia arriba y abajo para evitar que se peguen al fondo. Luego retirar de la hornalla y esperar a que terminen de saltar los pochoclos. Colocar en un bol y bañar en caramelo, manteca, miel o sal.