Hacer el famoso "Cheesecake japones", conocido por su cualidad de esponjoso y su temblor al servirlo, no es de la cosa más sencilla. Pero una vez que lo pruebes te vas a dar cuenta que vale la pena el desafío. Es cuestión de agarrarle la mano y cuando te salga será una receta que jamás vas a soltar. Una porción de esta tarta de queso es el mejor acompañante para un rico café, y si queres podes darle el toque saludable poniendole frutillas por arriba. Es toda una delicia que hasta entra por los ojos, y si sos del club de los amantes del queso, no te vas a poder resistir. 

Ya de afuera se ve su esponjosidad y su color crema reluciente hace que parezca casi una nube. Tanto así que su apariencia la hizo viral en las redes sociales, donde los internautas comenzaron a competir por quién preparaba el cheesecake japonés más esponjoso. 

Tiene un gusto suave y sutil, y es ideal tanto para la hora del té como para un aperitivo dulce después de comer. Se lo conoce como cheesecake japonés o "torta que tiembla" porque si lo mueven queda temblando por un buen rato. Paulina Cocina trajo la receta lo más simplificada posible, pero hasta ella misma falló por primera vez. Asique no se asusten, esto es perseverar y triunfar. 

¿Querés probar tus dotes culinarias con algo un poquito más complejo? Esta es la receta que te da la oportunidad. Ponete el delantal y tomate unas horas para preparar esta delicia del mundo oriental. 

Ingredientes

  • 1/2 taza de leche
  • 100 gr de queso crema
  • 100 gr de manteca
  • 8 yemas de huevo
  • 60 gr de harina
  • 60 gr de maicena
  • 13 claras de huevo
  • 130 gr de azúcar

Preparación

  1. Derretir la manteca, el queso crema y la leche a fuego lento mientras vamos revolviendo con una espátula.
  2. En un bol aparte batimos las yemas y las vamos agregando la mezcla de manteca, queso crema y leche. Mezclamos.
  3. Le agregamos la harina y la maicena tamizadas.
  4. Con las claras vamos a hacer un merengue francés: batimos las claras a punto nieve y vamos agregando el azúcar por partes. Seguimos hasta que se forme un merengue firme y brillante. Hay quienes dicen que para darse cuenta que está en su punto exacto hay que dar vuelta el bol… No lo recomiendo, ya nos veo limpiando el piso todo pegote después! Con que el merengue se sostenga en las aspas de la batidora sin caer es suficiente.
  5. Llegó el momento de tensión: unir las dos preparaciones. Tiene que quedar una mezcla bien unida y a la vez no se puede perder el aire del merengue porque estamos fritos! Para eso hay que dejar de lado las varillas de la batidora, agarrar la espátula y muy suavemente integrarlas con movimientos envolventes, siempre en la misma dirección. El aire tiene que ser tu mejor amigo, no lo lastimes ni le hagas mal que sin él no somos nada.
    Dicen que menos es más, pero se puede decorar con lo que más guste, como alguna mermelada suave, frutas o azúcar impalpable.
  6. Volcar la preparación en un molde totalmente cubierto de papel aluminio y/o manteca (por fuera con aluminio y por dentro manteca, según cuenta la leyenda así no se baja así que corroborar en el video como lo hicimos así sale perfecto!). Fíjense que esté bien cubierto así no entra nada de agua cuando lo pongamos a baño María
  7. Llevar a baño María en un horno precalentado a 165º por 25 minutos (pongan el timer!) y luego bajar el horno a 140º y cocinarlo 55 minutos más. Más o menos, depende de sus hornos. El cheesecake japonés debe quedar dorado por arriba. Puede tardar más así que estén atentos y tengan paciencia.
  8. Una vez que esté, apagar el horno, abrir un poquito la puerta y dejar que se enfríe ahí. No sacar antes así no se deforma. La paciencia es un don de los santos dicen amigos y amigas. Y vale la pena esperar, se los prometo. Una vez frío lo sacamos y desmoldamo.