Netflix volvió a apostar por un documental policial. Se trata de "Escena del Crimen: asesinato en Times Square", una miniserie creada por el director nominado al Óscar Joe Berlinger y que consta con tres episodios de 50 minutos.

Las imágenes recorren las atrocidades cometidas por Richard Cottingham, entre 1967 y 1980. Fue conocido mundialmente como "The Torso Killer" ["El asesino de torsos"], quien aseguró haber violado, torturado, mutilado y matado a más de 100 mujeres, aunque solo fue condenado por 11 de ellos.

La primera entrega arranca en Times Square, el 2 de diciembre de 1979, cuando los bomberos se topan con el que después fue denominado como el 'cuarto de hotel del infierno' en el Travel Inn Motor Hotel.

Los llamaron por un incendio en la habitación 417 y cuando lograron rescatar a dos mujeres con la intención de practicarles RCP para reanimarlas, se dieron cuenta de que iba a ser imposible ya que los cadáveres no tenían ni cabeza ni manos. De allí surgió el apodo que acompañaría al asesino hasta el final.

Horrorosos testimonios sobre “El asesino de torsos”

El documental cuenta con un popurrí de entrevistas a ex detectives y oficiales de policía, trabajadoras sexuales, a un ex compañero de trabajo de Cottingham en BlueCross BlueShield. Lo más inusual es una conversación con Jennifer Weiss, quien es la hija biológica de Deedah Goodarzi, una de las presuntas víctimas del asesino. Esta mujer fue noticia durante el 2020 cuando se conoció que había entablado una relación de amistad con el probable asesino de su madre cuando él cumplía sentencia en prisión.

Ella fue dada en adopción cuando tenía días de nacida, y de hecho a su madre la lograron identificar gracias a la reciente cicatriz de cesárea que tenía, ya que nunca encontraron su cabeza. Al empezar a investigar sobre sus orígenes biológicos, Jennifer se enteró de lo que ocurrió gracias a los recortes de diarios y desde ahí comenzó a visitar al depravado en prisión para conocer de primera mano qué sucedió.

Jennifer Weiss, la hija de Deedah Goodarzi, una de las primeras víctimas de Richard, contó por qué se acercó al asesino de su madre.

"Todas las mujeres que Richard mató dejaron este mundo de una manera horrible. Ahora mantengo una relación con Richard porque quiero los nombres de las  víctimas no identificadas que tomó. Vidas que nunca se materializaron. Creo que debemos recordarlos porque merecen justicia", aseguró Weiss en el documental.