Sufría violencia de género, lo denunció y él la apuñaló con un facón de caza en la calle a plena luz del día
Blas Tévez, único hijo de la víctima, habló con cronica.com.ar y detalló el feroz ataque que sufrió su mamá, Elsa Mónica Suárez, quien se encuentra internada en el Hospital Nodal "Dr. Alejandro Gutiérrez", de Venado Tuerto, donde lucha por su vida.
Hace una semana que Elsa Mónica Suárez, de 53 años, está internada en terapia intensiva en el Hospital Nodal "Dr. Alejandro Gutiérrez", de la ciudad santafesina de Venado Tuerto, luego de ser brutalmente atacada a puñaladas con un cuchillo de caza, a manos de su ex pareja, de quien sufrió violencia de género los últimos 20 años.
El sábado 18 de septiembre, Elsa caminaba con su hermana por la localidad de Baigorrita, partido de General Viamonte, Santa Fe, cuando su ex pareja las interceptó con la camioneta, empuñando un cuchillo de caza, que medía entre 20 y 25 centímetros, con el que atacó salvajemente a Elsa.
"Con una mano intentaba agarrarla y la otra, en la que tenía una cuchilla, la tenía atrás. Le decía que quería hablar. Ella le decía que no, mi mamá sale corriendo, él la corre, la agarró de los pelos, la tiró al piso y le empezó a dar puñaladas", contó Blas Tévez, único hijo de la víctima, en diálogo con cronica.com.ar.
Elsa Mónica, es ama de casa y empleada del rubro textil. Había conocido a su ex pareja, que se dedicaba a ser alambrador de estancia, por una amiga en común, hacía dos décadas. "Desde ese entonces hasta fines de febrero de este año, ella vivió con él, y siempre tenía episodios de violencia de género", agregó Blas.
Ambos vivían en la localidad santafesina de Baigorrita, donde comenzó el calvario de Elsa, en forma de maltrato psicológico y físico, bajo el techo que compartían. "¿Para qué querés ir al gimnasio? ¿Para quién te querés poner linda? ¿Y para qué querés ir?", eran algunas de las preguntas con las que el hombre la hostigaba en forma diaria, cuando Elsa manifestaba sus ganas de hacer actividad física. Además, tampoco la dejaba que trabajara horas extras.
Para los vecinos y familiares de Elsa, era común verla maquillada de forma exagerada para ocultar los hematomas de los golpes en el rostro que recibía. El silencio era su cómplice. Hasta el momento, nunca lo había denunciado porque la amenazaba de muerte. "Le decía que la iba a matar a ella y después a mí", expresó Blas.
"Le daba golpes de puño, la amenazaba con arma de fuego, la agarraba del pelo y le arrancaba mechones enteros de pelo, le daba patadas en el piso, le pegó con el arma de fuego en la panza, cerca de la pelvis", contó Blas, que hasta ese momento no se imaginaba el infierno que estaba pasando su mamá.
Blas es docente primario y desde los últimos años vive en Hughes, una pequeña localidad santafesina. Razón por la que recién alertó los episodios de violencia de género que sufría su madre cuando fue de visita a Baigorrita.
"Un día ella me despierta para comer, y tenía todo el ojo morado, del golpe terrible que tenía, no lo podía abrir", recordó Blas. En ese momento, quien hoy es ex pareja de su mamá le "pidió perdón y le dijo que no iba a volver a pasar".
Cuando mantuvo una charla con su mamá, ella se sinceró sobre lo que estaba viviendo. "Ahí me contó que su pareja le había pegado golpes de puño y la había llevado en su vehículo por un camino de tierra donde la había amenazado con un arma de fuego", contó el joven.
"O hacés la denuncia vos o la hago yo. No podés seguir viviendo así", fueron las palabras con las que Blas le dio un últimatum a su mamá, en febrero de este año, cuando ella finalmente se decidió y lo denunció por violencia de género.
Inmediatamente, Elsa se retiró del domicilio que compartía con su pareja y se fue a lo de su hermana. Él la fue a buscar pero llegó la Policía que lo llevó detenido por portación ilegítima de armas de guerra porque en su camioneta "le encontraron un montón de armas cargadas listas para usar", relató Blas. Por esa causa siguió demorado en la comisaría hasta mayo cuando le otorgaron libertad condicional tras pagar una fianza. No obstante, la Justicia ordenó una perimetral para Elsa y su hijo.
"Mi mamá deja todo, se cambia de domicilio, y se viene a Hughes a vivir conmigo", contó Blas. Sin embargo, de vez en cuando regresaba de visita a Baigorrita donde residía parte de su familia. En una de esas ocasiones fue cuando su ex pareja la interceptó y la atacó a cuchilladas. Aparentemente, el agresor estaba en la ciudad de Rosario ese día, pero un amigo le avisó que Elsa estaba de visita en Baigorrita, y se volvió. "El fue para matarla", sentenció Blas.
Así fue que hace una semana, mientras Elsa paseaba en la vía púbica, su agresor se le apareció dispuesto a apuñalarla. "No lo podían parar, estaba ensañado", relató Blas. Es que varios vecinos que fueron testigos de la dramática escena, no dudaron en intervenir para defender a la mujer, pero él los amenazaba. "Le tiraba cuchillazos a todos", remarcó el joven. Incluso en un momento, se le cayó el arma blanca con la que estaba atacando a Elsa, y fue al vehículo a "buscar otra más grande".
"Siete puñaladas y dos cortes en el cuello, uno en el maxilar de oreja a oreja y otro a la altura de la tráquea", fue el saldo del ataque, según describió su hijo.
Elsa fue trasladada al Hospital Nodal "Dr. Alejandro Gutiérrez", donde la operaron de urgencia y le extrajeron el bazo. "Las primeras horas fueron críticas porque había perdido mucha sangre", explicó Blas. Afortunadamente hoy se encuentra estable aunque está internada en terapia intensiva.
En tanto el atacante de Elsa se encuentra detenido en la comisaria cuarta del partido de General López, provincia de Santa Fe, hasta el juicio oral.
Marcha para pedir Justicia:
Este sábado a las 18 horas familiares y amigos de Elsa Mónica Suárez convocan a una marcha en la Plaza Bernardino Rivadavia, de la localidad de Hughes, contra la violencia de género y en reclamo de Justicia.
En la marcha también participaran familiares de otras víctimas de femicidio.