Habló la hermana del "pibe" asesinado a puñaladas en la espalda por un celular: "No sé si algún día voy a aceptar no verlo más"
Lautaro Romero, fue asesinado en un violento robo el 23 de marzo cuando regresaba de la escuela nocturna. Su hermana, Antonella, habló con cronica.com.ar. y contó que "no hay palabras para describir el dolor que se siente ante la pérdida de un ser querido".
Una de las últimas fotos que Lautaro Romero se sacó junto a su familia son de su cumpleaños número 18, el pasado 25 de diciembre. En las imágenes aparece sonriente rodeado por sus hermanos y padres, próximo a soplar las velitas. Tres meses después, de inmortalizar ese momento feliz, Lautaro fue asesinado de tres puñaladas, en el marco de un robo, cuando regresaba a su casa de la escuela nocturna.
Aunque el asesino de Lautaro fue detenido, "no hay nada que alivie el dolor por la falta de tu ser querido", dijo Antonella Romero, hermana de la víctima, en diálogo con cronica.com.ar.
"Lo extraño muchísimo, no sé si en algún momento voy a poder aceptar que no lo voy a ver más, no hay palabras para describir lo que se siente", expresó.
El asesinato de Lautaro tuvo lugar el pasado 23 de marzo, alrededor de las once de la noche. El joven regresaba de estudiar en la escuela nocturna, bajó del colectivo en la ruta nacional 7, cuando a tres cuadras de su casa fue abordado por un delincuente en bicicleta que quiso robarle el celular.
Lautaro salió corriendo, el ladrón lo siguió hasta alcanzarlo y le dio tres puñaladas letales por la espada. Después le sacó el celular y se dio a la fuga. Entre las pertenencias que luego recibió la familia de la víctima estaba la billetera de Lautaro con dinero, porque el jueves que fue asesinado había cobrado por los trabajos de mantenimiento que hacía en la casa de un vecino.
Una cámara de seguridad de una vivienda vecina registró el violento ataque. Lautaro quedó desvanecido en medio del asfalto, hasta que un vecino lo socorrió, y lo trasladó con vida hasta el hospital Vicente López y Planes, de General Rodríguez, donde a la hora falleció.
Antonella fue la primera en enterarse de la triste noticia. Estaba en la casa de su novio por acostarse a dormir cuando una vecina la llamó. Inmediatamente Antonella se comunicó con sus padres que fueron a la escena del crimen donde todavía estaba Lautaro, que más tarde falleció.
Al otro día el delincuente, identificado como Aaron Taborda, de 29 años, fue capturado. Hacía tres meses había salido de la cárcel por cometer un ilícito.
"Taborda se juntaba siempre en la esquina de mi casa y trabajaba en la misma empresa que mi hermano mayor", contó Antonella. Por eso, la hipótesis de la familia de la víctima, es que lo asesinó porque Lautaro lo reconoció.
"Es un alivio que esté preso, ni siquiera pienso la posibilidad de que puede llegar a salir, porque nose cómo reaccionaría. No sería justo que esté en la calle como si nada", remarcó.
Convivir con el dolor
A tres meses del asesinato de Lautaro, el dolor que dejó su ausencia cada vez cala más hondo. "Mis papás se levantan porque yo les insisto", remarcó Antonella, quien se tomó una licencia en el trabajo para poder acompañarlos en el duelo.
"Mi mamá se la pasa llorando. Hay días que no tiene ganas de nada, ni siquiera de comer. Yo intento sacarlos adelante", sostuvo aunque expresó que a ella también le "cuesta un montón", porque igual que sus padres lo "extraña mucho". "Somos una familia muy unida", detalló.
Es que "Lauti", como le decían sus seres queridos, era el menor de seis hermanos, "era el más chico, entonces era rebelde, pero siempre el más consentido", lo describió Antonella. Trabajaba y estudiaba. "Estaba atento en todo, si se necesitaba algo en casa, él iba a comprarlo", relató.
"Aunque a Lauti nadie me lo va a devolver, es necesario que se haga Justicia, y que su asesino no salga nunca más", concluyó.