Una reconocida investigadora de la Universidad de California difundió un estudio que anticipa una tormenta solar severa capaz de suspender el acceso a Internet a una gran parte de la sociedad mundial durante semanas e incluso meses.

Sangeetha Abdu Jyothi, científica e investigadora de la Universidad de California en Irvine, acaba de demostrar en un estudio la vulnerabilidad de Internet ante los efectos de una futura tormenta solar. La experta presentó recientemente sus conclusiones durante la SIGCOMM 2021, la conferencia anual del Grupo de Interés Especial en Comunicación de Datos de la ACM.

La científica afirmó que una eyección de masa coronal importante podría causar estragos en las redes internacionales de Internet, y neutralizarlas durante varios meses debido a las limitaciones que presentan los repetidores que se utilizan en los cables submarinos.

En el fondo marino los repetidores se colocan cada 50 a 150 metros, una distancia que depende de las condiciones. Estos artefactos muy probablemente resultarían dañados durante una gran tormenta solar, cortando las comunicaciones internacionales de Internet hasta que los trabajadores pudieran reemplazarlos. Algo que, en el mejor de los casos, podría llevar semanas o incluso meses.

Si falla un número suficiente de cables submarinos en una región concreta, continentes enteros podrían quedar incomunicados, escribió Abdu Jyothi. "El documento no hace más que arañar la superficie de un problema importante. Hay que hacer mucho para entender el riesgo y reforzar nuestra infraestructura", señaló Jyothi.

“Una interrupción de Internet que dure incluso unos pocos minutos -señala la investigación- puede provocar grandes pérdidas para los proveedores de servicios y daños físicos en las redes. Se estima que el impacto económico de una interrupción de Internet durante un día en los EE. UU. sería de más de 7.000 millones de dólares. ¿Qué pasaría si la red dejara de funcionar durante semanas o incluso meses? Este sería el peor de los casos aunque, afortunadamente, nunca nos hemos encontrado con algo así en la historia reciente”.

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Efectos de una supertormenta solar

Los expertos en tecnologías aplicadas a Internet conocen desde hace décadas los efectos negativos en la Tierra de las tormentas solares extremas. Ocurre que el escudo magnético del planeta impide que el viento solar cause un daño real y lo desvía hacia los polos, lo que genera las auroras.

Sin embargo, se calcula que cada un siglo, debido al ciclo de vida del Sol, ese viento se convierte en tormentas o supertormentas solares que podrían afectar de forma catastrófica a diversas tecnologías humanas en la Tierra y sumir al mundo en un "apocalipsis de Internet".

El problema que los operadores responsables de que Internet funcione no están teniendo en cuenta, según Jyothi, es que “la comunidad de redes ha pasado por alto en gran medida este riesgo durante el diseño de la topología de la red y los sistemas distribuidos geográficamente, como el DNS y los centros de datos”.

Si falla un número suficiente de cables submarinos en una región concreta, continentes enteros podrían quedar incomunicados.

Antecedentes

Los mayores eventos solares registrados -escribe la investigadora en su estudio- ocurrieron en 1859 y 1921, mucho antes del desembarco de la tecnología moderna. Provocaron grandes cortes de energía y causaron daños importantes a la red de comunicaciones de esos días, la red de telégrafos.

“Se estima que la probabilidad de que ocurran fenómenos meteorológicos espaciales extremos que impacten directamente sobre la Tierra oscila entre el 1,6% y el 12% por década. Más importante aún, el Sol ha atravesado durante las tres últimas décadas un periodo de muy baja actividad, y ahora se está 'despertando' lentamente. Dado que esta fase de calma solar coincidió con el rápido crecimiento de la tecnología en la Tierra, tenemos un conocimiento limitado de si la infraestructura actual es resistente a las eyecciones de masa coronal más potentes”, explicó la experta.

Para dar un ejemplo de lo desastrosa que podría ser una supertormenta solar para los sistemas de comunicaciones en la Tierra, Jyothi recordó la gran tormenta solar de 1859, evento conocido como Carrington. Un incidente que creó una perturbación geomagnética tan grave que los cables de telégrafo estallaron en llamas, y las auroras –que normalmente solo son visibles cerca de los polos del planeta– se vieron cerca de la Colombia ecuatorial, según reportó LiveScience.

Incluso las tormentas más pequeñas pueden causar estragos, según el medio científico. Una de ellas, en marzo de 1989, dejó sin luz a toda la provincia canadiense de Quebec durante nueve horas.

"Lo que realmente me hizo pensar en esto es que con la pandemia vimos lo poco preparado que estaba el mundo. No había ningún protocolo para afrontarla con eficacia, y lo mismo ocurre con la capacidad de recuperación de Internet", aseguró Abdu Jyothi. "Nuestra infraestructura no está preparada para un evento solar a gran escala", agregó.