En los últimos meses se reportaron casos de uso en niños de pipetas antipulgas indicadas para mascotas como perros y gatos para la eliminación de piojos, lo que despertó la alarma en la comunidad médica, y desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) expresaron su preocupación frente a esta práctica, debido a que su uso en humanos, particularmente en niños, niñas y embarazadas, puede ser muy perjudicial para la salud.

Cabe destacar que las pipetas de uso veterinario contienen sustancias muy tóxicas para los seres humanos, ya que su contenido se absorbe a través de la piel y puede producir desde síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o dolor abdominal, hasta incluso generar convulsiones, irritabilidad, trastornos de conducta y desorientación. En aquellas personas que estén expuestas de manera crónica a estos productos, se puede desarrollar caída de cabello o compromiso del hígado, riñón o tiroides.

Mal social

En ocasiones, la pediculosis carga con una connotación negativa en la sociedad: se puede asociar con suciedad o dejadez. Por este motivo, los padres algunas veces pueden llegar a recurrir a medidas extremas para tratar de evitar que sus hijos vivan con esta condición. Sin embargo, se trata de una afección muy común, que muchos niños y niñas padecen y que cuenta con tratamientos específicos avalados por la comunidad médica, por lo que es conveniente evitar cualquier práctica que esté por fuera de las recomendaciones profesionales.

Acerca de los abordajes adecuados para la pediculosis, la doctora Marisa Gaioli (MN 74.454 y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría) explicó que “en principio se debe comenzar por la prevención, revisando diariamente la cabeza de los niños con la finalidad de hallar precozmente el parásito y cortar así su ciclo de vida. Luego, para eliminar los piojos, se recomienda pasar el peine fino diariamente durante el baño con la ayuda de una crema de enjuague común, no sólo para facilitar el deslizamiento sino también para detener la circulación del insecto y atraparlo con mayor facilidad. También el uso de vinagre diluido al 50% colabora en despegar las liendres de los cabellos”.

Poner atención

Los especialistas de la SAP coincidieron en afirmar que es el pediatra de cabecera quien debe orientar a la familia en la necesidad o no del uso de otros productos de venta libre específicos para la pediculosis. En la misma línea, se encargaron de aclarar que no desalientan el uso de las pipetas veterinarias para tratar a las mascotas, pero que estas deben ser utilizadas en las condiciones apropiadas, manipuladas por un adulto y siguiendo las indicaciones del especialista y del fabricante y nunca como método para el tratamiento de la pediculosis en las personas, práctica que puede ser muy riesgosa para la salud.

“La pediculosis del cuero cabelludo es una infestación de distribución mundial que afecta principalmente a los niños y niñas en edad escolar. No reconoce barreras geográficas, socioeconómicas ni culturales: cualquiera puede padecerla. Técnicamente, se denomina como una parasitosis de localización externa, también llamada ‘permanente’, porque el parásito desarrolla todo su ciclo biológico en el huésped (los seres humanos), originando la enfermedad. El agente causante es el ‘piojo’ (Pediculus capitis) que pica y succiona la sangre del huésped para alimentarse. Es muy común el contagio en los niños, aunque la pediculosis puede afectar a personas de cualquier edad”, detalló la doctora Elda Cargnel (MN 65.037 y también miembro de la SAP).