Por Daniel Beylis
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Son muchas personalidades que vieron "venir" algún tipo de situación como la que está viviendo el mundo con la pandemia del coronavirus. Un mal para la gran mayoría desconocido hasta hace unos meses y que en la actualidad tiene en vilo a millones de personas, porque produce un temor generalizado, debido a la cantidad de muertes que está registrando esta enfermedad, una evolución de otras ya preexistentes, que irrumpió para cambiarles la vida a muchos.

En ese contexto, aunque algunas predicciones se estarían cumpliendo, como los casos de Baba Vanga y de nuestro Florencio Solari Parravicini , en cambio, otras han resultado falsas como una supuesta premonición del genial Nostradamus, quien sin embargo jamás la escribió (ver tema aparte).

En ese contexto, un notable genio de los negocios del siglo XX, como Bill Gates, el multimillonario cofundador de Microsoft, una de las empresas clave en la historia de la informática, muy lejos de cuestiones médicas, aunque siempre presente en la vida de todos, hace cinco años sorprendió al adelantar que se produciría un brote mortal para el año 2020, un mensaje que no fue tenido en cuenta en su momento, y que toma dimensión ahora.

¿Acaso el hombre que vio mucho antes que otros los adelantos increíbles que se lograron en el avance de la informática tiene simplemente un don especial para anticiparse a  todos? ¿O "alguien" (no sabemos quién...) le dan letra? ¿Serán los extraterrestres quienes le "adelantan" qué hacer y qué va a pasar?

La gente a menudo tiende a quedar hipnotizada por el individuo, el líder, el héroe. A veces, la naturaleza humana en tiempos de crisis suele recurrir a este tipo de figuras, creativas, pero a la vez enigmáticas, sorprendentes y que muchas veces llaman a la reflexión.

Como ejemplo, basta recordar al líder de Apple, el también estadounidense Steve Jobs, un verdadero ícono de excelencia para muchos y que, desde su muerte, ocurrida en 2011, aún sigue siendo referente en muchos mensajes. Otros casos son los de Stephen Hawking, fallecido en 2018, y Elon Musk, todos referentes cuando se habla del futuro, inmediato y más allá.

¿Qué pasó hace cinco años?

Gates, de 64 años, un notable empresario que revolucionó prácticamente la forma de vivir en el mundo con sus avances en la industria informática y que desde hace años solamente se dedica a una fundación que posee con su esposa Melinda, y a gastar la interminable fortuna que amasó luego de crear junto con Paul Allen la empresa Microsoft, que revolucionó la ciencia informática, y donde dejó su cargo ejecutivo para ser simplemente asesor en 2000, sorprendió durante una teleconferencia armada en 2015 en la que predijo la pandemia de coronavirus aunque nadie le dio importancia al tema aquella vez.

Durante una charla en modo teleconferencia y que fue vista más de 5 millones de veces hasta el momento (ahora se está reproduciendo para multiplicar ese número en sólo unos días), Bill explicó en 2015 por qué deberíamos tener más miedo a un virus que a una guerra nuclear en nuestros tiempos modernos.

Por supuesto, sería una tontería pensar que el propio Bill Gates fue la primera persona en predecir esto. Ese honor es para muchos científicos, epidemiólogos y otras personas en el campo de la medicina que nos han estado advirtiendo sobre los peligros del mundo microscópico de los virus durante mucho tiempo.

Pero fue el multimillonario quien en la comunidad tecnológica escuchó más que nadie las advertencias. ¿Alguien le advirtió con suficiente tiempo? ¿Un poder superior se valió de sus palabras para adelantar lo que vendría?

Hay varios videos en YouTube que recuerdan aquella teleconferencia, a la que se puede acceder, incluso traducida. Empero, y lo más importante, por entonces Gates afirmaba que la labor en su Fundación Bill y Melinda Gates ya anticipaba que los gobiernos del mundo utilizaran esta crisis para mejorar el sistema médico de manera radical. ¿Su anticipación habrá sido un simple pálpito?

Ver a médicos chinos festejar que parecen haber controlado el virus en su país no certifica que en todo el mundo se haga lo mismo. Esperemos que, mensaje universal, venido del más allá o de su brillante mente, lo importante es que ese cambio tan drástico que Gates reclamaba en 2015 pueda llegar a darse.

Un ruso también se anticipó

Si bien lo de Bill Gates sorprende, otra personalidad, un científico biólogo ruso afincado en los Estados Unidos, Peter Turchin, de 62 años, especialista en una ciencia poco difundida, la cliodinámica, afirmó en 2010 que para el año que estamos viviendo seríamos víctimas de lo que él calificó como un caos global.

Peter Valentinovich Turchin nació en 1957 en la ciudad de Obninsk, en la parte más occidental de la estepa rusa. De su infancia en la Unión Soviética de Brezhnev no hay registros, salvo por ser hijo del informático Valentin Turchin, quien se destacó en el campo de la inteligencia artificial. Peter se matriculó en la Facultad de Biología de la Universidad Estatal de Moscú.

Claro que, mientras cursaba segundo año de carrera, toda su familia se tuvo que exiliar en Nueva Jersey, dado que Turchin padre había comenzado a escribir sobre política en contra del régimen.

Obviamente, a los rusos el tipo les resultaba por demás sospechoso, ya que en 1964 aceptó la dirección del Instituto de Matemáticas Aplicadas de Moscú, donde paralelamente fundó el capítulo moscovita de Amnistía Internacional y trabajó en el equipo del también físico y después disidente Andrei Sajarov.

Perseguido por la policía secreta (KGB), en 1977 y ya despojado del cargo directivo en el citado instituto logró huir junto a su familia hacia los Estados Unidos. Es por eso que el joven Peter finalizó sus estudios de biología con honores en la Universidad Pública de Nueva York y se doctoró en Zoología por Duke, perfeccionándose en cliodinámica.

Desde entonces, a finales de los noventa, el científico ruso consagró su vida a una materia que antes de él no existía: la cliodinámica.

¿Qué es eso?

La cliodinámica mezcla la historia con las matemáticas para estudiar de qué manera evolucionan las sociedades y cómo, mediante complejos análisis estadísticos, acumulando datos previos a las caídas de grandes imperios como fueron el romano, el egipcio o más acá en el tiempo el imperio británico, se puede llegar a predecir el siguiente colapso de una civilización.

Ya antes había hecho anuncios que luego se cumplieron, como la pelea secesionista catalana y vasca o el Brexit. En 2017, además, habló de la inminente caída del populismo venezolano y los roces ente paquistaníes e indios.

La afamada revista Nature publicó en 2010 un trabajo que tituló “2020 visions”, pero números después, Turchin envió una carta al director de la publicación, referida a la nota, en la que lacónicamente redactó: "La siguiente década estará marcada por el crecimiento de la inestabilidad en los Estados Unidos y Europa. Esto podría socavar los avances científicos que describen en su último número".

Fue entonces que desarrolló su tesis, a partir de numerosa información acumulada en la que enuncia, de alguna forma, que las sociedades complejas han sido siempre afectadas por olas recurrentes y predecibles de inestabilidad, desde lo político, económico, social y hasta demográfico, lo que lo lleva a razonar que el 2020 se convertirá en el año más inestable de la historia. Y para muestra, lo que se está viviendo basta y sobra...