Un reciente estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad del Sur de California, en los Estados Unidos, aportó nuevas evidencias que demuestran que los cigarrillos electrónicos tienen consecuencias negativas para la salud a largo plazo.

En esa línea, los investigadores descubrieron que los vapeadores y los fumadores tienen niveles similares de daño en el ADN, más del doble que los no fumadores.

Cabe destacar que los sistemas calientan un líquido para crear aerosoles que son inhalados por el usuario. Los llamados líquidos electrónicos pueden o no contener nicotina (pero no tabaco), aunque también suelen contener aditivos, sabores y productos químicos, que pueden ser tóxicos para la salud de las personas, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se sabe también que la nicotina crea una fuerte adicción. Un no fumador que usa cigarrillos electrónicos, puede volverse adicto a la nicotina y tener dificultades para dejar de usar este dispositivo, o volverse dependiente de los productos de tabaco convencionales, de acuerdo con la agencia sanitaria de Naciones Unidas.

Así, el equipo de los investigadores Stella Tommasi, Hannah Blumenfeld y Ahmad Besaratinia, de la universidad estadounidense, investigó cuáles eran los efectos para el ADN de las personas que vapean, en comparación con los que usan cigarrillos tradicionales en adultos sanos similares. El estudio se publicó en la revista especializada Nicotine & Tobacco Research. 

Incluyeron a vapeadores “exclusivos” (es decir, que nunca fumaron cigarrillos tradicionales), fumadores de cigarrillos solamente, y personas que no vapean ni fuman, emparejados por edad, sexo y etnia. Tras la verificación bioquímica de la condición de vapeador o fumador, cuantificaron el daño en el ADN de las células superficiales de la boca de los voluntarios, a través de un estudio con PCR.

Se detectaron niveles significativamente mayores de daño en el ADN, tanto en vapeadores como en fumadores, en comparación con los no usuarios. Mientras que los niveles medios de daño en el ADN, no difirieron significativamente entre vapeadores y fumadores, los niveles de daño aumentaron de forma dependiente de la dosis, desde consumidores leves a consumidores intensivos, tanto en vapeadores como en fumadores, en comparación con los no consumidores”, afirmaron los investigadores en su reporte.

El trabajo descubrió también que entre los vapeadores, los usuarios de pods (un tipo de cigarrillo electrónico muy pequeño), seguidos de los usuarios de mods (vienen con batería), y los que utilizaban líquidos electrónicos con sabor a dulce, menta o mentol y fruta, respectivamente, mostraron los niveles más altos de daño en el ADN.

Esta es la primera demostración de una formación de daño en el ADN dependiente de la dosis en vapeadores que nunca habían fumado cigarrillos”, comentaron los científicos.