Tenía autismo, sufrió una crisis por los fuegos artificiales y murió atropellado
Gonzalo Nehuén Sánchez tenía 19 años y sufría síndrome de Asperger. Fue atendido en el Hospital Central de la ciudad de Mendoza y falleció horas mas tarde como consecuencia del accidente.
Gonzalo Nehuén Sánchez, un joven de 19 años diagnósticado con síndrome de Asperger -un trastorno del espectro autista (TEA)- , sufrió un ataque como consecuencia de los fuegos artificiales, salió corriendo y fue embestido por un autómovil: falleció en las primeras horas de Navidad.
El trágico hecho ucurrió en la capital de Mendoza, en las horas previas al 25 de diciembre. Más precisamente a las 22, cuando el la zona comenzaron a arrojar pirotécnica.
Según la recostrucción, el joven tuvo un ataque, corrió hacia el cruce de las calles Olascoaga y Laprida, de la Sexta Sección, donde fue embestido por un Citroën C4, conducido por un hombre de 54 años.
El hombre sostuvo que el chico apareció de golpe y no tuvo tiempo de frenar para evitar el impacto.
De inmediato, llegó una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado que lo trasladó hacia el Hospital Central, donde le diagnosticaron que tenía graves golpes en su cuerpo y quedó internado en estado crítico.
Horas después. a las 2 de la madrugada del 25 de diciembtre, los médicos constataron la muerte de Sánchez como consecuencia del accidente.
El reclamo de las redes sociales
Ante lo sucedido en Mendoza, usuarios de redes sociales de todo el país inundaron de mensajes solidarizándose con la familia y también reclamando por el fin de la pirotecnia sonora.
“No basta con generar conciencia entre quienes no la tienen, pirotécnica cero ya”, fue parte del posteo del grupo Padres TEA de Bariloche.
A las personas con TEA, los ruidos de los fuegos artificiales pueden provocarles una desestabilización total que puede llegar a incluir miedo, convulsiones, autolesión y pérdida de la noción del tiempo.
El TEA es diagnosticado en uno de cada 68 niños y niñas, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En la Argentina, si bien no existen datos oficiales, tomando como referencia la prevalencia internacional (1-2% de la población), se estima que hay entre 400.000 y 800.000 personas con esta condición.