Sube la temperatura y también los precios: la temporada primavera-verano arrancó con aumentos en la ropa, ¿dónde comprar sin dejar el sueldo?
Un relevamiento de cronica.com.ar detectó un incremento interanual de hasta 300%. Vendedores de comercios minoristas y productores de materias primas brindaron consejos para obtener prendas a valores accesibles.
Por Juan Bernardo Domínguez.
El 21 de septiembre último marcó la llegada de la primavera. Con el cambio de estación y el incremento de la temperatura, todo parece ser más agradable. El frío del invierno comienza a despedirse, la luz solar es mayor durante el día y los parques empiezan a poblarse.
La moda primavera-verano 2023 para la ropa luce atractiva en pasarelas. Las modelos muestran las tendencias. Desde qué colores están en boga hasta qué tipo de zapatos se pueden combinar con los jeans, los diseñadores son seguidos con atención en la época del recambio de prendas.
Pero el contexto económico dificulta al trabajador promedio detenerse en esas cuestiones. La inflación de agosto último fue del 12,4% y 124,4% en la medición interanual, con lo que acumuló un alza de 80,2% en los primeros ocho meses del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). De esta manera, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes pasado fue el más alto desde febrero de 1991, cuando Argentina estaba de salida de la hiperinflación.
En tanto, las ventas minoristas de las pymes registraron en agosto una caída promedio de 4,1% en términos interanuales, según un relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Respecto a julio, el mes pasado hubo una merma en los productos comercializados de 0,5%, mientras que el acumulado de los ocho primeros meses del año mostró una baja de 2,6% frente a igual periodo de 2022.
En lo que respecta al rubro “Textil e indumentaria”, hubo una caída interanual de 1,3%. Así lo reflejó el sondeo de 1.252 comercios que efectuó la entidad.
Pero más allá de los fríos datos estadísticos, la dura realidad fue constatada este martes por un relevamiento de cronica.com.ar en lo que respecta a la venta minorista y los proveedores de la materia prima con la cual se confeccionan las prendas.
Mariana Silikovich tiene desde hace ocho años un comercio de indumentaria situado en la localidad de Don Torcuato, en el partido bonaerense de Tigre. Fue consultada por este medio sobre cómo veía el inicio de la temporada primavera-verano.
“El precio de la ropa aumentó con respecto al año pasado, según calculo yo, unas tres veces, o sea un 300%. Y no se vende nada. El tema comida, que no tiene nada que ver con nuestro rubro, también está imposible en los precios. La gente lo que hace es comprar comida y dejar de lado un montón de otras cosas”, sostuvo.
A su turno, el presidente de la Cámara Argentina de Innovación Textil y Afines (CAITA), Horacio Ernesto Del Burgo, coincidió y dijo que los consumidores tienen que “agudizar el ingenio al máximo ante el nivel de inflación galopante”.
El dirigente, quien posee una pyme en la ciudad de Buenos Aires, habló también de una “falta de materia prima” en el mercado. “Tanto en lo importado como en lo que se fabrica acá. Lo que se fabrica acá también tiene componentes importados”, manifestó a cronica.com.ar. Del Burgo detalló que “faltan muchos hilados especiales y repuestos de máquinas”.
¿Dónde y cómo comprar a precios accesibles?
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), existen tres centros comerciales que atraen las principales miradas a la hora de realizar una compra de ropa a precios al alcance del bolsillo: La Salada, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora; "calle Avellaneda", en la avenida homónima del barrio porteño de Flores; y los tradicionales locales de la zona capitalina de Once.
No obstante, Del Burgo recomendó recorrer comercios barriales y detenerse a revisar los valores de las prendas, con el objetivo de ver si algunas le escaparon a la remarcación.
“Como el nivel de inflación es gigante, y al no haber tanta rotación de mercadería, hay negocios que tienen productos de buena calidad a precios accesibles. Quizá se puedan encontrar en la avenida Santa Fe prendas que parecen inalcanzables a precios alcanzables, en comparación con lugares mayoristas que actualizan los precios más rápidamente”, dijo el presidente de la CAITA.
Por su parte, Silikovich aconsejó comprar productos que "no sean de marca”. En esa línea, precisó que ella vende un vestido a $3.000 y una remera a $1.500.
“El mismo vestido, pero de marca, está en $15.000 o $20.000; y la remera, en $5.000 o $7.000”, contrastó. La comerciante completó: “La gente hoy elige comprar sin marca; son las mismas telas y los mismos talleres”.