En varias zonas de la Ciudad de Buenos Aires se puede encontrar la presencia de manteros en la vía pública, aún más en esta época del año. Uno de esos sitios comerciales es el barrio de Flores, donde se congregan miles de personas. Algo que puede molestar a los vecinos, que deben modificar su cotidianidad. 

En ese sentido,en las últimas horas, una mujer se cansó de no poder caminar libremente por su barrio por la gran presencia de vendedores frente a su edificio y, en represalia, le revoleó la mercancía a unos manteros. Un testigo de la situación grabó y compartió lo ocurrido en las redes sociales. 

En las imágenes, que se viralizaron, se ve a la mujer tirando por los aires los productos que eran exhibidos por los manteros y, sobre todo, exigiéndoles que se vayan de la zona de Avenida Avellaneda, dado que le impedían caminar por la vereda e ingresar tranquilamente a su domicilio.

En un determinado momento, la tensión aumentó y una persona que estaba muy sorprendida por lo que sucedía le preguntó a la mujer "Señora: ¿Qué le pasa?". Mientras una vendedora y un sujeto con mochila trataban de calmarla para que dejara de arrojar la indumentaria.

El barrio de Flores tiene un gran centro comercial que vende, en su mayoría, indumentaria, y la venta se transformó en una costumbre hace años. No obstante, los problemas surgen por la combinación de la necesidad de trabajar de parte de los vendedores, la de competir en condiciones justas de los comerciantes, y la de la libre circulación de parte de los vecinos.

Tras la viralización del video, la mujer, llamada Liliana, dio una nota televisiva donde reconoció que previo al hecho tuvo una discusión con unos manteros por la circulación en la vereda, pero que todo acabó mal dado que fue insultada y eso desencadenó su furia.

En tanto, la señora explicó que trató de hacer denuncias en la Fiscalía por este caso, pero "no las toman", afirmó la mujer. Además, aseguró que en una ocasión se lastimó al caerse por tener que esquivar los productos de los vendedores que ocupan la vereda.

Esta no fue la primera vez que tanto ella, su familia o sus vecinos tuvieron problemas con los manteros, que están situados frente a su edificio. Incluso en una oportunidad su propio hijo fue golpeado por los vendedores por haber salido a pasear con su perro

Por último, al ser consultada por si volvería a reaccionar de esa manera, la mujer señaló que no es algo de lo que se sienta orgullosa, pero que al final su reacción fue útil para mostrar lo que sucede. "Espero que no, pero si sirvió, vale. A mi no me gusta perder los estribos", sentenció la vecina.