Por Juan Bernardo Domínguez
@juanbjd

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) habilitó la exportación de los siete cortes de carne vacuna “populares” o "parrilleros" que había prohibido el Gobierno de Alberto Fernández. De esta manera, perdió vigencia el decreto 911/21. Publicado el 30 de diciembre del 2021 en el Boletín Oficial, vedaba los embarques de asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta. La resolución establecía que la prohibición regía hasta el 31 de diciembre de 2023.

Con la caducidad de la norma, el SENASA dispuso la actualización de los procedimientos para permitir la exportación de todo tipo de cortes bovinos.

Asimismo, las autoridades fitosanitarias procedieron a adecuar a las nuevas condiciones los servicios de inspección veterinaria y los sistemas informáticos, particularmente el de certificación de exportaciones.

“Desde el 1° de enero de 2024 se podrán exportar los siguientes cortes bovinos frescos, enfriados o congelados: reses enteras, medias reses, cuarto delantero con hueso, cuarto trasero con hueso, medias reses incompletas con hueso y cuartos delanteros incompletos con hueso”, señaló el SENASA en un comunicado.

El organismo, en el parte informativo, agregó: “También se podrán enviar al exterior los siguientes cortes preferidos (frescos, enfriados o congelados): asado con o sin hueso; falda; matambre; tapa de asado, nalga; paleta y vacío”.

Además, “dejará de tener efecto la diferenciación para la exportación de vacas de las categorías D y E y de toros, sobre los que hasta ahora no se aplican esas suspensiones”, completó el SENASA.

De esa manera, el organismo se refirió con las categorías detalladas a animales de casi nulo consumo en el mercado local y que forman parte del gusto gastronómico del consumidor asiático.

Con un asado que se vende hasta en $6.500, ¿qué ocurrirá con los precios en el mercado local?

La gastronomía local está influenciada por la importancia de la carne y, en ese contexto, el asado aparece como el plato típico nacional. Pero su precio se hace inalcanzable para el trabajador promedio producto de la escalada de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

“No todo es igual en la materia”, detalló este martes en diálogo con crónica.com.ar Carlos “Nucho” Príncipe, quien tiene tres puestos de venta de carne desde hace varias décadas en el barrio porteño de Caballito.

El especialista completó: “Es como una camisa de lino y una de tela común, las dos visten, pero hay diferencia de calidad. Un asado de vaquillona o novillito, que es el mejor, vale $6.500 el kilo y un asado de vaca para mucha cocción en la parrilla, de menor calidad, de un tenor grasa más alto y congelado, cuesta $4.500”.

Consultado sobre qué ocurrirá con los precios tras la medida del Gobierno, respondió: “Tendían a bajar ahora producto de un menor consumo, pero con esto me parece que se van a mantener, porque los productores van a priorizar la exportación".

"El mercado interno ahora va a competir con el exterior. El que paga más, se lleva la mercadería”.

“Si esto continúa -prosiguió-, para marzo o abril volverán a subir. Y, si el productor ganadero ve que la carne es un negocio, empezará a criar más animales y eso hará balancear el precio, pero en un año aproximadamente”.

La posición de las empresas friogoríficas

Por su parte, el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiariti, realizó en contacto con este medio una evaluación similar a la de Príncipe.

“La medida no va a afectar a los precios. Los valores se van a mantener estables. Pero, debido a que el poder adquisitivo se seguirá achicando por la inflación, con la misma plata, se va a poder comprar menos”, consideró el titular de CICCRA, que agrupa a 25 empresas frigoríficas que abastecen el mercado interno, algunas de las cuales además exportan.

El presidente de CICCRA, asimismo, estimó que los denominados cortes populares no escasearán en el mercado interno. “Sin ninguna duda, se van a seguir consiguiendo en las carnicerías”, enfatizó.

Por último, elogió la medida del Gobierno al sostener que “la intervención del Estado destruye la producción de carne”.

“Cuando se fue Cristina Fernández de Kirchner (de la Presidencia) en el 2015, Argentina producía 2.700.000 toneladas de carne vacuna y exportaba 180.000. Y, cuando se fue Mauricio Macri en 2019, Argentina producía 3.200.000 toneladas de carne, casi más del 20%, y exportaba 900.000”, argumentó Schiariti.

Fuerte advertencia desde el sector sindical

Desde otra línea de pensamiento se expresó a su turno el secretario intersindical de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados (FGPICD) y secretario general del Sindicato del Personal de la Industria de la Carne de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Fabián Ochoa.

“Al liberarse la exportación, los precios de los cortes de vaca subirán y habrá faltantes de lo que consumimos los argentinos”, advirtió el jefe sindical.

El gremialista adujo que “hay dos maneras de contener los precios”, y puntualizó que “una es subir las retenciones a la exportación y la otra es subsidiar los cortes populares para compensar la diferencia entre los valores del mercado interno y los internacionales”.

“El comercio chino consume todo. Si no se compensa el valor que se paga afuera, si no hay un Estado que regule, ¿cómo se logrará que un productor ganadero venda en el mercado local en lugar de exportar?”, se preguntó por último Ochoa.