Luego de pasar años arriba de las pasarelas, Lorena Ceriscioli decidió dejar todo atrás y comenzar una nueva vida. A sus 30 años, la exmodelo logró salir de un pozo depresivo e ir por sus sueños.

A pesar de que Ceriscioli terminó siendo directora de una agencia de modelos, un día sintió que ya había cumplido su ciclo en el mundo del modelaje, y cambió de rumbo por completo.

Después de cuatro años difíciles para ella, logró ir por su sueño y comenzar a armar su propio negocio. Además, Lorena pudo enamorarse nuevamente y, ese amor, le trajo lo más preciado: se convirtió en mamá.

Lorena Ceriscioli en sus épocas como modelo.
Lorena Ceriscioli en sus épocas como modelo.

Hoy en día, dirige su propia agencia, "LO Management", la cual logró convertirse en una de las más prestigiosas dentro del mundo de la moda. En cuanto a su presente personal, se encuentra felizmente casada con el arquitecto y exrugbier Juan Pablo Ramignino, con quien tiene a su hijo de 6 años.

El rotundo cambio de vida de Lorena Ceriscioli

Al hablar de cómo fue su increíble transformación, tanto profesional como personal, Ceriscioli contó: "Quería otra cosa, tenía necesidad de vivir otra etapa y sentía que esa ya estaba cumplida. Apareció una posibilidad, la tomé y tuve que aprender todo, desde encender una computadora hasta mandar mails, porque esa tecnología recién arrancaba".

En ese sentido, la exmodelo confesó que su camino no fue para nada fácil. De hecho, fueron años muy duros para ella: "Todo terminó muy mal, pero cuando me sucedió esa situación me sentí sin futuro, no tenía casa, ni auto, ni trabajo. Estaba muy mal emocionalmente".

Luego de dejar atrás el mundo del modelaje, Lorena vivió momentos de mucho sacrificio en su vida. Sin embargo, su propia empresa, sus padres y su camino para ser mamá fueron los dos pilares de su recuperación.

"Gracias a mis padres pude enfocarme, cien por ciento, en armar este proyecto que es LO Management. El primer mes fue caótico, estaba muy angustiada, iba a terapia, a psiquiatra, hasta que un día me levanté y me propuse salir adelante, pero no sabía cómo ni de qué trabajar", confesó en una entrevista con "La Nación".

Lorena junto a su hijo.
Lorena junto a su hijo.

Sin embargo, una gran amiga suya apreció en su camino, y todo comenzó a tomar sentido: "De la nada me llamó Florencia Torrente, que es amiga, y me dijo que quería que la representara. Le respondí que no tenía nada y ella me dijo: “Tenés experiencia, un teléfono y contactos”. Y así empezó todo", contó la empresaria.

A pesar de que el mundo del modelaje la ayudó a comenzar a armar su propia agencia, Lorena confesó que no extraña las pasarelas. "No extraño nada mi trabajo de modelo. Me encanta el medio en el que trabajo y sucede que soy mejor detrás de cámaras y no extraño el delante", aseguró.