“Operación Rosario” fue el nombre con el que el Ejército Argentino designó al despliegue militar del 2 de abril de 1982 en las Islas Malvinas, que estaban usurpadas por Reino Unido desde 1833. En un manotazo de ahogado de una Junta Militar, encabezada por Leopoldo Galtieri y cada vez más debilitada por la resistencia a la violación de los derechos humanos, Argentina desembarcó en Puerto Argentino, desalojó a los ingleses y estableció una gobernación militar, en esta misma fecha hace 40 años. Así dio comienzo a una guerra que le costó la vida a más de 650 argentinos.

Al conocerse la ocupación argentina del otro lado del charco, la primera ministra británica Margaret Thatcher decidió movilizar la flota para retomar el control de Malvinas. El 5 de abril, comenzó la operación Corporate y dos días más tarde, estando ya en las islas, anunciaron la Zona de Exclusión Marítima, que luego se transformó en Zona de Exclusión Total. Esto implicaba que cualquier aeronave que pasara por esa área delimitada iba a ser atacada.

Son 40 años del 2 de abril de 1982. 

Las negociaciones diplomáticas

Venezuela, Panamá y Perú eran los únicos aliados continentales de la Argentina, ya que tenía conflictos con Brasil, Paraguay, Chile, México y Nicaragua, e incluso existía desconfianza de Uruguay. El 8 de abril, Estados Unidos envió a su entonces secretario de Estado, Alexander Haig, para dialogar con Galtieri e intentar encontrar una solución pacífica. No hubo éxito.

Ese mismo día, el represor salió al balcón de la Casa Rosada y ante una multitud exclamó la frase: "¡Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla!".

El 28 de abril, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca votó una resolución que instaba al Reino Unido a terminar con las hostilidades y a la Argentina a no empeorar la situación. Al no haber cambios, dos días después, Estados Unidos anunció que suspendía la asistencia militar a Galtieri y que estaba dispuesto a satisfacer las necesidades armamentísticas de los británicos. El combate comenzó el 1° de mayo. Al segundo día, Argentina sufriría uno de los ataques más dolorosos.

La tragedia del ARA General Belgrano

Era una embarcación de 185 metros, podía movilizarse a 55 kilómetros por hora y llevaba una tripulación de 1093 personas. Era lento, pero poderoso: tenía 15 cañones de 152 mm con un alcance de 20 kilómetros.

El 16 de abril partió desde el puerto Belgrano hacia la zona en conflicto para vigilar las intenciones enemigas, manteniéndose siempre alejado de la zona de exclusión.

Tras recalar en Ushuaia, se reúne con dos destructores: el Bouchard y el Piedrabuena. El 29 de abril, el submarino nuclear británico HMS Conqueror detecta a los barcos y los comienza a seguir, siempre ubicándose debajo del Belgrano para no ser detectado.

El ARA General Belgrano se hundió a las 17 del 2 de mayo de 1982.

Si bien el 1° de mayo el ARA recibe la orden de atacar al ejército británico, un día después le piden regresar al continente. Pero a las 16.02 de ese 2 de mayo, el submarino pirata se colocó perpendicular al Belgrano, a unos 5 kilómetros de distancia y lanzó tres torpedos Mark 8. El primero impactó en la sala de máquinas, dos dormitorios, la cantina y el comedor de la tropa, y terminó con la vida de 272 tripulantes. El segundo, le dio a la proa dejándola prácticamente destruida y el tercero le dio al Bouchard pero no explotó. Apenas 21 minutos más tarde, comenzó la evacuación del Belgrano, que a las 17 terminó por hundirse.

Los sobrevivientes estuvieron en balsas que en un principio permanecieron unidos a través de sogas, pero que por la noche tuvieron que cortarlas para evitar que sean desgarradas.

El ARA General Belgrano llevaba una tripulación de 1093 personas.

Tras la tragedia, el capitán Héctor Bonzo, comandante del crucero, aseguró a los medios que “setenta balsas, ubicadas en contenedores de plástico, con válvulas hidrostáticas que las ponen inmediatamente en condiciones de uso, se alistaron” y que además, para prevenir que al hundirse el ARA arrastrarse las balsas “hubo que hacer operar una embarcación con motor fuera de borda que las impulsa lejos”.

Dos buques más se sumaron a los destructores para rescatar a los soldados: el Paraíso y el Bahía Paraíso, pero algunas balsas jamás fueron encontradas. El número final de fallecidos fue de 323, entre ellos dos civiles.

Cronología de los ataques

Desde el 9 de mayo, los bombardeos británicos en Puerto Darwin y Argentino eran más intensos. Los ingleses destruyeron once aviones argentinos durante el 14; y al día siguiente, bombardearon la isla Borbón y destrozaron otras diez.

El 16 de mayo, los británicos hundieron al mercante argentino Río Carcarañá y dañaron el Bahía Buen Suceso, mientras continuaron los ataques aéreos y navales a las islas.

Fue el 21 de mayo cuando los invasores lograron asentarse en Bahía San Carlos y hundieron la fragata argentina Ardent y dañaron otras cuatro, cayeron tres aviones Harrier y dos helicópteros, un duro golpe para el país. Tres días después, fue hundida la fragata inglesa Argonaut y seriamente dañada la Antelope. Un día después, aviones argentinos averían al buque de transporte Atlantic Conveyor y al destructor Coventry, por lo que los ingleses atacaron Puerto Argentino.

El conflicto armado duró 74 días.

El 1 de junio comenzaron los combates terrestres a 20 kilómetros de Puerto Argentino y los ingleses avanzaron sobre Darwin y Ganso Verde. El 8 de junio, la Fuerza Aérea argentina hundió la fragata Plymouth y los transportes de tropas Sir Galahad y Sir Tristan.

En medio del conflicto, el Papa Juan Pablo II llegó el 11 de junio a la Argentina. Un día después hubo violentos combates, muchos de ellos cuerpo a cuerpo, en Monte Kent, Monte Dos Hermanas, Monte Longdon, Tumbledown, Monte Harriet y Moody Brock, últimas defensas terrestres de Puerto Argentino.

El fin de la guerra

Tras 74 días de comenzar el conflicto bélico, el militar Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición argentina el 14 de junio de 1982. La derrota de Malvinas y la muerte de centenares de soldados marcaron el derrumbe de la dictadura.

BL-MB