Wanda Nara es una de las celebridades del momento en Argentina desde que protagonizó el escándalo mediático –al que se denominó simpáticamente como el “ Wanda Gate” en medios y redes sociales- que involucra a su esposo, el futbolista Mauro Icardi, y la actriz María Eugenia “China” Suárez.

No caben dudas de que el conflicto que se generó en torno a la presunta infidelidad del jugador del PSG con la ex Casi Ángeles, la separación, la reconciliación y las entrevistas a la prensa, le jugaron muy a favor a la diva, quien ganó decenas de miles de seguidores en sus cuentas virtuales. Esto propulsó uno de sus más recientes proyectos como empresaria e influencer: el lanzamiento de su primera línea de cosméticos, Wanda Cosmetics.

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Con el motivo de inaugurar un local de su empresa en Argentina, la hermana de Zaira Nara viajó desde París a Buenos Aires con sus cinco hijos esta semana. Las expectativas y la emoción por la llegada de la popular celebridad que se ganó el cariño y el respeto de muchos de hizo notar en los distintos medios de comunicación de chimentos y redes sociales.

 

Fue entonces cuando este jueves, en la previa al estreno del nuevo comercio inaugurado en el shopping del Abasto, en la Ciudad de Buenos Aires, los ojos de varios se centraron en una persona particular que acompañó a Wanda Nara durante su jornada laboral: su guardaespaldas.

El guardaespaldas de Wanda Nara es oriundo de San Pedro, Buenos Aires, y tiene 32 años.

Mientras la esposa de Mauro Icardi se encontraba rodeada de famosas, daba entrevistas a la prensa y posaba para las cámaras en el hall principal del shopping, el hombre de traje negro que la seguía a todos lados no pasó desapercibido.

Sobre esto habló el conductor de Intrusos (América TV), Rodrigo Lussich, quien con su ojo de halcón notó que algo extraño ocurría en aquellas miradas fugaces y cómplices entre la diva y su empleado de seguridad. “Esta tarde hay un gran evento porque ella vino a hacer sus canjes, sus chivos, y todos los negocios que tiene gracias a todo esto que hizo con la separación, con los cuernos con la China; es su gracia", introdujo el periodista.

Wanda Nara, al centro de la foto, y Agustín Longueira, su guardaespaldas, del lado derecho de la imagen.

Y siguió: "Ella va a presentar su marca de cosméticos en un shopping, ¿y quién la va a pasar a buscar por la casa? ¡El guardaespaldas! El tal Agustín Longueira, que está fascinado con esta fama súbita. Él la va a llevar en andas", expresó el conductor, en tono bromista por la referencia de la clásica película El guardaespaldas.

Con hambre de saber y de curiosidad, Lussich indicó haber realizado una “investigación policíaca” para conocer el historial del joven guardaespaldas, y entre muchos otros detalles, develó que había nacido en la localidad bonaerense de San Pedro, que tiene 32 años y que en el pasado se desempeñó como “granadero a caballo”. Y a continuación, tiró la bomba: “y está fascinado con Wanda".

 

Así todo, las deliberaciones a las que llegó el periodista parecen tener asidero, ya que luego ofreció reveladores y picantes detalles sobre el vínculo que mantienen Wanda y su guardaespaldas más allá de la relación profesional: “Wanda lo sigue en Instagram, y él gusta de ella. Lógico, es una hermosa mujer", consideró. Pero, además, abrió la polémica con la teoría de que este interés sería correspondido por la diva. "Ella lo mira con codicia. Estás durmiendo Mauro Icardi, allá en Europa. Está bien, mejor que duerma porque cuando estuvo despierto fue un desastre".

No termina ahí. Alentado por sus compañeros en el programa, Lussich se contactó en vivo con el propio Longueira, con quien tuvo una entrevista telefónica distendida pero muy picante. En ella, el guapo exgranadero se llevó el mote de “piropeador” a partir de una serie de elogios que le dedicó a su jefa.

“Me gusta trabajar con Wanda porque es sencilla, buena y educada”, dijo Longueira, que además, cuando lo consultaron sobre su estado sentimental, recurrió al silencio y se las dejó "picando" a los panelistas para luego cerrar con un misterioso "después hablamos”. ¿Seguirá esta historia como en las telenovelas?