Gran Hermano les propuso a los “hermanitos” un juego de preguntas y respuestas y Lucila La Tora Villar reveló una experiencia traumática que tuvo cuando era una nena y que la marcó para siempre. 

Más allá de las estrategias, las alianzas y confrontaciones, los jugadores de Gran Hermano van ganando cierta confianza e intimidad entre ellos, llevando ya casi tres meses de convivencia 24 horas. En tal sentido, la producción del reality intenta potenciar ese clima y propone diferentes juegos para que los participantes se animen a contar cosas que todavía tienen guardadas. 

En esta última oportunidad, les planteó un juego de ruleta que, con diferentes cartas, los invitaba a responder distintas preguntas. La que tomó la posta fue La Tora, cuando Julieta leyó una pregunta y conmovió a todos los presentes con su respuesta: “¿Hay algo importante de tu vida que todavía no hayas contado adentro de la casa? ¿Por qué? ¿Lo contarías?”, consultó la influencer en medio de la partida.

Lejos de dar una respuesta banal, Lucila Villar fue la primera en hablar y reveló una traumática experiencia que vivió cuando era una niña. Si bien nunca lo había contado dentro de la casa, sí lo hizo en su salida allá por noviembre.

La oriunda de Berazategui no pudo contener las lágrimas mientras le relataba a sus compañeros lo que vivió: “A los 9 años sufrí un abuso intrafamiliar. No lo conté hasta que tuve 24 años, para proteger a mi familia y porque me sentía culpable por lo que me había pasado”.

En base a eso, la concursante explicó las consecuencias que tuvo en su vida ese episodio: “Me junté con las peores personas y las mejores. Tuve un novio que estaba hasta en el paco. Yo estaba en cualquiera. Me logro separar de él y me meto en la noche”, continuó su relato.

Y profundizó: “Todas las semanas, todos los días en el alcohol, en el sexo fácil. Era como un autocastigo, salía a bailar y me acostaba con quien yo quería”. Mientras sus compañeros la contenían con gestos de cariño, ella siguió: “En un momento de mi vida no podía más y era seguir esa vida de noche, de todo, o morirme. Pensé en matarme”, reconoció.

Sin embargo, La Tora aseguró que logró pedir ayuda a tiempo: “Llamé a mi mejor amiga y le dije que tenía ganas de morirme. Mi mejor amiga vino, hablamos, me tranquilizó, conozco a la Iglesia, a Dios, al gimnasio y empiezo a hablar”, detalló sobre su manera de salir adelante.

A su vez, explicó que contarle lo que le pasó a sus papás fue el gran desafío: “Ahí empecé a contar lo que yo pasé a pocas personas y después llegó el momento de contárselo a mis viejos, que era el mayor miedo que tenía”, sostuvo.

Lucila no cerró su relato sin animar a las personas que pasaron por lo mismo a liberarse a través de la palabra: “Es algo que me marcó mucho, que hoy en día comparto porque si alguna mujer pasó eso en su vida las invito a que compartan y que hablando se sana y con la ayuda de algún psicólogo también y conociendo la fe y las cosas que le hacen bien también”, expresó.

Todos los “hermanitos” quedaron completamente conmovidos con su relato y tuvieron gestos de apoyo ya sea con una caricia, un abrazo, o con palabras de aliento. Además, no faltaron los aplausos: “Bien Lu, bien por contarlo. Fuerza”, le dijo Ariel; “Gracias por compartir esto”, agregó Camila; “Re bien que lo dijiste”, se sumó Julieta. “A muchos les pasa y no lo pueden contar todavía y nunca es tarde, por más que pasen los años”, expresó Daniela, y cerró: “Sos valiente, ahora sé por qué te dicen Tora”.