Con el desenvolvimiento de la pandemia de Covid-19 desde 2019 hasta la actualidad, no solo fueron surgiendo nuevas cepas desde la original de Wuhan. Tras la primera y la segunda ola, potenciada por la variante Delta, la cepa Ómicron llegó no solo para desatar la tercera ola de SARS-CoV-2, sino para desafiar a las vacunas producidas hasta el momento.

Con  Ómicron circulando velozmente, científicos comenzaron a indagar acerca de las características particulares de la variante, al punto que las autoridades de muchos países dejaron de considerar necesario un test positivo para saber que se estaba ante un caso positivo: desde el dolor de estómago hasta la pérdida del olfato y el gusto, pasando por los más comunes: fiebre, tos y dificultad para respirar.

A su vez, esos síntomas también van mutando y evolucionando a la par del virus, siendo de menor gravedad, más aún en personas con el esquema de vacunación completo. Es así que entre personas inoculadas, la enfermedad con esta última cepa se ha convertido en algo así como un “catarro leve”, lo que podría atribuirse a que afecta en mayor medida a las vías respiratorias altas, en lugar de causar infección en los pulmones.

Según los datos del estudio de Covid de ZOE, financiado por el Gobierno de Reino Unido y revisado por el King's College de Londres, los síntomas más frecuentemente reportados a diario por los ciudadanos a través de la aplicación móvil desarrollada por esta iniciativa son el moqueo en la nariz, el dolor de cabeza, el cansancio (moderado o severo), los estornudos y el dolor de garganta. 

Asimismo, no se encontró una clara diferencia entre los síntomas de Delta y de Ómicron, pues "solo el 50% de los pacientes experimentaron los clásicos tres síntomas de fiebre, tos y pérdida del gusto y el olfato", se describe en la web del proyecto. De todas formas, la anosmia y la ageusia son síntomas que han pasado a ser "mucho menos comunes".

El mismo estudio menciona posibles síntomas gastrointestinales como dolor de estómago, diarrea o náuseas, aunque aclaran que "si bien una proporción significativa de personas que reportaron síntomas gastrointestinales dieron positivo en una prueba PCR de covid, también vimos un aumento en la proporción de personas con estos síntomas que dieron negativo".

Ómicron se confunde con un "catarro leve" porque afecta en mayor medida a las vías respiratorias altas (Shutterstock.com).

En base a otro estudio, realizado por la Alianza para la Vacunación GAVI, los cinco síntomas más comunes en una persona que padece Ómicron son la mucosidad nasal, el dolor de garganta, el dolor en la parte inferior de la espalda y dolor muscular, y el cansancio. 

En relación a la tos, el síntoma ha sido desplazado por el dolor de garganta de la mano de Ómicron, en tanto que el cansancio y la fatiga es un síntoma que ha permanecido desde el principio de la pandemia.