Por Juan Bernardo Domínguez 
@juanbjd

Para que haya una ola de calor en el Área Metropolitana de Buenos Aires ( AMBA), especialistas consideran que deben registrarse tres días consecutivos en los que la temperatura mínima sea superior a 22° y la máxima, mayor a los 32,2°. El pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indica que eso se cumpliría este jueves.

De esta manera, en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores, se experimentaría a partir de ese día la primera ola de calor de este verano, pese a que ya el clima resulta agobiante.

Es correcto lo de los 22 grados y los 32,2. Se cumplirá este jueves. Siempre y cuando no queden las temperaturas ni siquiera una décima por debajo porque, si se quedan por ejemplo en 32,1, ya técnicamente no es ola de calor”, dijo este miércoles a crónica.com.ar la meteoróloga Cindy Fernández, del SMN.

El AMBA se presentaba este miércoles con cielo parcialmente nublado y vientos del noroeste rotando al noreste, y con una temperatura mínima de 24 grados y una máxima estimada en 37, informó el SMN.

El organismo pronosticó que este jueves el calor seguirá en aumento y, en ese sentido, está previsto para ese día una mínima de 25 grados y 39 de máxima, con cielo mayormente nublado.

El SMN pronostica que el calor subirá en los próximos días (Pablo Villán/Crónica/Archivo).

Para el viernes, el SMN anticipa cielo algo nublado a mayormente nublado y una temperatura de 26 grados de mínima y 37 de máxima. El próximo sábado, los extremos menores y mayores pronosticados son 26 y 35, mientras que para el domingo son 25 y 34.

La sucesión de días con altas temperaturas y la ausencia de lluvias tornarán “un horno” el AMBA el fin de semana, en el contexto de una alerta amarilla sobre todo el territorio metropolitano, lo que significa que las temperaturas podrían llegar a ser peligrosas, especialmente para grupos de riesgo como niños, personas mayores de 65 años y aquellas que sufran enfermedades crónicas.

Advierten que “los golpes de calor” persistirán “hasta mediados de año

El noroeste de la Patagonia, Cuyo y un sector del sur bonaerense se encontraban este miércoles bajo alerta de nivel rojo por temperaturas altas extremas, de unos 40 grados, mientras que también regían advertencias naranjas y amarillas por calor que abarcaban en total a 19 provincias y a la Ciudad de Buenos Aires, informó el SMN.

Juan Leónides Minetti, director del Laboratorio Climatológico Sudamericano (LCS), por su parte, dijo este miércoles en contacto con crónica.com.ar que “los resultados de los modelos, que son herramientas para pronosticar, marcan la posibilidad de que persistan los golpes de calor hasta mediados de año”.

El especialista, doctor en Ciencias Meteorológicas y ex investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), aclaró que “esto no significa que no se dé frío intercalado”.

¿El cambio climático incide en esta ola de calor?

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cambio climático es una modificación del clima atribuida directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera y que se suma a la variabilidad natural observada durante períodos comparables.

El cambio climático es abarcativo de todos los fenómenos meteorológicos, por lo que algún efecto es posible que tenga sobre este evento de calor en el país, pero es muy temprano como para establecerlo”, consideró Minetti.

¿Qué son los refugios climáticos y dónde están?

La Agencia de Protección Ambiental (APRA) porteña, en un trabajo publicado en la web del Gobierno de la Ciudad, explica que un refugio climático “es un espacio abierto al público que ofrece un lugar confortable y fresco durante los días de altas temperaturas, para que los vecinos puedan refugiarse, descansar unos minutos y luego continuar con sus actividades”.

La dependencia agrega que puede ser “cerrado con aire acondicionado o que naturalmente presenta temperaturas más confortables que en el exterior”, o “abierto con sombra o elevada presencia de infraestructura verde urbana”.

En marzo del 2023 el Jardín Botánico Carlos Thays, del barrio porteño de Palermo, fue seleccionado como el primer componente de la Red de Refugios Climáticos de la APRA, ya que tanto en su interior como en las veredas que lo circundan, en promedio, hay 4,8 grados menos que en sus alrededores.

Otros seleccionados posteriormente fueron el Centro Cultural San Martín, la Reserva Costanera Sur, el Museo Moderno y el Carlos Gardel, además de una estación al aire libre dispuesta en los Lagos de Palermo. Pero hay muchos otros en Capital Federal y sus direcciones pueden consultarse haciendo click acá.

Sin embargo, en la web del Gobierno de la Ciudad aclaran que los refugios climáticos no cuentan con atención médica y recomiendan que, ante síntomas como mareos, dolor de cabeza, deshidratación y náuseas, acudan al centro de salud más cercano.