"No lo podía creer": la mamá del nene con una enfermedad terminal que fue sorprendido por L-Gante contó la emocionante reacción de su hijo
El creador de la cumbia 420, siempre atento a las historias de sus fanáticos, realizó una videollamada con el joven seguidor y le cantó algunos de sus temas más populares. Detalles exclusivos.
Decir que Mateo es fanático de L-Gante parece poco. El pequeño oriundo de Bahía Blanca sigue al creador de la cumbia 420 desde sus inicios, viste jeans y camisas para imitarlo, busca sus videos en el celular de su mamá y, como tantos otros niños, pone su música cuando descansa en su habitación. Pero, a diferencia de los otros niños, la habitación de Mateo está en un hospital.
Lo que comenzó en marzo del año pasado como dolores de panza pronto llevó al pequeño a través una cirugía de emergencia que finalmente le dio su diagnóstico: cáncer. Más específicamente, angiosarcoma, un cáncer poco común que se origina en las células que revisten los vasos sanguíneos o linfáticos. "Lamentablemente, es un cáncer terminal, no tiene cura el cáncer de él, está bastante avanzado", confirma Adriana Carranza, madre de Mateo, en diálogo con cronica.com.ar.
Desde entonces, la vida del pequeño Mateo consiste de sesiones de quimioterapia todas las semanas, visitas al hospital y cirugías de emergencia. En esta vorágine de estudios, doctores y tratamiento, el pequeño encontró un consuelo especial en la música de Elián Ángel Valenzuela, buscando imitarlo aún desde su camilla.
Una de sus maneras favoritas de sentirse cercano al músico de General Rodríguez es la indumentaria: "Los días que él estuvo internado, casi 22 días internado, no hubo forma de sacarle el jean. Se lo bañaba y todo, pero se le tenía que poner un jean y una camisa porque él es el L-Gante y tiene que estar fachero como el L-Gante 'que lo ke'", afirma Adriana.
El fanatismo de Mateo es tal, que llegó a volverse objeto de curiosidad en el hospital donde lo tratan: "Ahora en marzo, cuando entró al quirófano no se quería sacar el jean, se había alterado porque ya está cansado de tanta anestesia o de entrar al quirófano. Y los médicos, para que se relaje, le pusieron música del L-Gante en el quirófano", recordó la madre del niño sobre una de sus cirugías más recientes.
"Después de que Mateo salió de quirófano entró una nena, y la familia decía 'no sabés, había un nene que estaba alterado y se calmó con la música del L-Gante", agregó. "Los médicos del quirófano y los pediatras todos decían que era la primera vez que veían a un nene tan fanático del L-Gante, cómo lo tiene tan presente".
Completamente consciente del diagnóstico terminal de su hijo, Adriana busca hace tiempo arreglar un encuentro entre Mateo y su ídolo. El año pasado el músico hasta llegó a enviar un saludo electrónico al niño, luego de conocer de su caso a través de un posteo viral en Instagram. Pero fue esta semana que a Mateo le llegó la verdadera sorpresa.
Desde su casa en General Rodríguez, L-Gante le hizo una videollamada para saludarlo y cantarle unos temas. "¿Qué tema te gusta?", preguntó Elián del otro lado de la pantalla, caminando hacia el equipo de música. "Cualquiera", responde Mateo, tan bajito que apenas se puede escuchar aún en el silencio de su casa.
El cumbiero no decepcionó: además de cantar entera la sesión que realizó junto a Bizarrap, también conversó un poco con su fanático. "Alta facha tenés", le dijo mientras se fumaba un cigarrillo, riendo al escuchar de la regla de hierro que Mateo estableció sobre su vestimenta en el hospital. "¡Buena! Siempre facha, con estilo", lo elogió L-Gante.
Entre la quimioterapia, los medicamentos para el dolor y los viajes al hospital, hace tiempo que Mateo no es el mismo. "Él está estable, juega, pero ya no es el mismo nene", confiesa Adriana. Pero su vínculo con Valenzuela, algo que sorprendió a la misma Adriana, le devolvió su sonrisa.
"Le levantó bastante el ánimo recibir la llamada del L-Gante. Por ahí me repite 'me dio vergüenza cantar con él' pero fue la emoción, porque no se lo esperaba. Nosotros le dijimos que iba a recibir la llamada del L-Gante, pero no nos creía. Cuando le digo 'ahí te está llamando el L-Gante' no lo podía creer él, tenía una emoción y se le ve en la carita".