Luchemos por la Vida, la reconocida asociación civil sin fines de lucro que se dedica a la prevención de accidentes de tránsito, repudió la actitud de Martiniano Molina, ex intendente de Quilmes y actual diputado bonaerense, quien se grabó para dar consejos en redes sociales para "no morir de amargura" con el mate sin utilizar cinturón de seguridad.

"En viaje a Olavarría, presumiblemente con fines proselitistas, no tenía puesto el cinturón de seguridad viajando en el asiento de atrás del vehículo. Y en el viaje de regreso, nuevamente viajó sin colocarse el cinturón, como puede verse en otra de sus historias de Instagram", repudió Luchemos por la Vida.

Y agregó: "Hay una razón legal fundamental para su uso: la ley vigente en todo el territorio nacional obliga al uso de los cinturones a todos los ocupantes de un vehículo automotor, y los niños deben viajar ajustados por un Sistema de Retención Infantil (SRI)".

En este sentido, desde la organización resaltaron que en Argentina "hay una inquietante cantidad de altos funcionarios (...) que se creen impunes y privilegiados, exentos de tener que cumplir con la ley, y que no usan el cinturón de seguridad". "No solo ponen en riesgo sus vidas y las de los demás, sino que no honran sus cargos y constituyen modelos negativos para la sociedad. Si bien todos tenemos la obligación de respetar las normas de tránsito, resulta imprescindible que las autoridades sean ejemplares en esto, ya que son ellos quienes gobiernan, en muchos casos legislan, y en otros fiscalizan las calles para asegurar el cumplimiento de las leyes y sancionar a los transgresores. Ante conductas en contra de la Seguridad Vial como esta, deberían ser sancionadas con el máximo rigor", añadieron.

La importancia de usar cinturón de seguridad

Además de que su uso es obligatorio por ley, la efectividad de los cinturones como medio eficaz para salvar vidas en caso de sufrir un siniestro vial es una verdad científicamente demostrada. El cinturón de seguridad impide golpearse o ser despedido del vehículo, hacia una muerte casi segura. En la ciudad, aún a poca velocidad, también evita la muerte o lesiones graves. Pero irracionalmente algunas personas se niegan a aceptar esta realidad por múltiples razones con las que intentan justificar que siguen arriesgando sus vidas innecesariamente, por el simple capricho de no hacer un “click”, y protegerse mucho más, no sólo a ellos, sino también a los demás.