Los kiosqueros denuncian incrementos en el sector por encima de la inflación: "Arranca el mes, arrancan los aumentos"
Gaseosas, importados y helados lideran las subas que son cada vez más habituales y superan la inflación oficial. El dilema de subir los precios o absorber la pérdida.
El sector kiosquero advierte que las entregas de mercadería llegan con incrementos periódicos que superan los números oficiales de inflación. El listado de precios de los principales proveedores registra para octubre aumentos que van desde un 8% a un 15%, de acuerdo a un relevamiento exclusivo de cronica.com.ar. “No podemos absorber el gasto”, reclaman los comerciantes.
La práctica es habitual, “ya estamos acostumbrados”, asegura Patricia, dueña de un kiosco ubicado en la intersección de Billinghurst y Juncal. Al inicio de cada mes los proveedores remarcan precios por encima de la inflación y quienes tienen un local quedan rehenes de una situación que los obliga a subir el valor de venta o mantenerlo y asumir la diferencia.
Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), señaló que los aumentos no bajan del 10% y alcanzan hasta un 16%. “Arranca el mes, arrancan los incrementos”, advierte.
El promedio de las subas es de un 10%, asegura Acuña. “Algunas marcas suben más, otras menos. Y después está la estacionalidad de los productos. Viene el calor y aumentan las gaseosas, las bebidas y los helados”, destaca.
El caso más llamativo es el de una reconocida marca de aguas que lleva un 300% de aumento en el último año, remarcó el kiosquero de Villa Urquiza.
Sin embargo, esta no es la única suba que complica a los comerciantes y, en consecuencia, a los consumidores. “Las pilas se incrementaron un 16%, se espera un nuevo aumento de las gaseosas para esta semana y los helados ya agregaron un 10%”, detalla Claudio Paez, kiosquero de Almagro.
Pese al contexto inflacionario y la remarcación de precios, los comerciantes hacen lo posible por mantener los precios. “Hay aumentos que no los traslado porque ya me da vergüenza”, confiesa el dueño del comercio, ubicado en Av. Rivadavia 4035.
“La gaseosa más popular incrementó el costo un 12%, yo tendría que haber puesto la botella de litro y medio a 400 pesos. No puedo hacerlo. Los chupetines aumentaron un 7% y no los tocamos, sino los tenía que vender a 37 pesos. A veces me veo en la obligación de no trasladar las subas”, aclara Paez.
Otro colegas optan por absorber al menos los aumentos más leves para que no repercuta tanto en el bolsillo de los clientes. “Octubre arrancó con incrementos que van desde un 8 a un 15% en el listado de productos de uno de los principales proveedores del sector. El mismo día en que recibimos la mercadería tenemos que cambiar los precios o perdemos. Aunque en algunos casos, como por ejemplo con los chicles, nos suben un 3% el valor y nosotros no lo aumentamos. Pero ahora las subas son considerables, no podemos hacerle frente”, asegura Patricia.
El impacto en las ventas
El vicepresidente de la UKRA asegura que, por el momento, las ventan se mantienen. “La gente consume, se da el gusto en lo que puede, un chocolate, una salida a comer, la entrada a un recital. Pero hay mucha desigualdad, la mitad del país no puede acceder a esas cosas”, dice Acuña.
El sector sufrió siempre una baja en la última semana del mes, cuando los consumidores cuidan el bolsillo y los gastos “hormiga”, como se denomina a una compra pequeña y no fundamental, se cortan. “Así fue siempre, es habitual. A principios del mes todos compran, después baja”, afirma el comerciante.
Por su parte, Patricia, la kiosquera de Recoleta señala que “se nota mucho en los últimos días del mes como la gente se cuida y lo primero que deja es la compra extra en un kiosco”. No obstante, la mujer atravesó una reducción importante en las ventas durante el último año. “En septiembre último vendí un 30% menos que en 2021 y eso que el año pasado estábamos peor porque todavía se sentían los efectos de la pandemia”, aclara.
“Una compra de 4 productos en un kiosco son 1.000 pesos, subió todo, suben los servicios, los alquileres, los sueldos y nosotros no lo pasamos al producto”, destaca Patricia.
Otro de los factores que impacta en la economía de los kiosqueros fue el aumento anunciado este año para los empleados de comercio. El sindicato liderado por Armando Cavalieri acordó en paritarias adelantar el aumento salarial previsto originalmente para enero de 2023. De esta forma, los trabajadores del sector recibieron un aumento de 20,5% con el sueldo de agosto y a fin de año la mejora rondará el 60%, llevando el salario básico a $139.000.
“Entiendo que los trabajadores registrados tienen que tener condiciones justas y un salario digno, pero no es lo mismo una cadena de supermercado que un kiosco. Cuando llegan los aumentos de los empleados de comercio nos afecta mucho más. Si tenemos que pagar entre 150 y 200 pesos a los trabajadores, fundimos”, concluye la comerciante.