Los electrodependientes y el calvario de los cortes de luz
Fuertes testimonios sobre cómo sobreviven sin energía los pacientes electrodependientes y los reclamos de sus familias por los reiterados cortes de luz.
Por diferentes afecciones, el servicio eléctrico constituye para ellos una fuente de vida, puesto que deben permanecer conectados a diferentes equipos médicos, principalmente de asistencia respiratoria. Son pacientes electrodependientes que si bien luchan por el reconocimiento de sus derechos desde hace muchos años, los últimos cortes de luz los han colocado nuevamente en el centro de la escena, por el apremio que les significa no disponer de dicho servicio.
Es el caso de Gabriel, un hombre que participó de la manifestación llevada a cabo por vecinos en la autopista Dellepiane, a la altura de la avenida Escalada, en reclamo del retorno de la energía eléctrica. El vecino de uno de los complejos de viviendas, situados en Villa Lugano, necesita recibir oxígeno de un aparato mecánico llamado Bipap mientras duerme.
En este sentido, el paciente electrodependiente relató que “es un generador de oxígeno, al cual necesito estar conectado para dormir porque cuando me acuesto se me cierran las vías respiratorias al relajarse los músculos”.
Su situación se torna más grave aún sin luz porque este equipamiento no tiene autonomía eléctrica, y por ende “al instante te das cuenta que el equipo no está en funcionamiento porque no puedo respirar, me falta el aire. En estos días lo que hice fue reclamar a la empresa, pero no me ofrecieron alternativas”.
En ese tipo de circunstancias, Gabriel relevó que “al no poder respirar, me ahogo, y el desenlace es un paro cardiorrespiratorio”. Por esta razón, su opción fue alojarse en la casa de su hija, que sí disponía del suministro, hasta que este no se restableció.
Por su parte, Silvina, oriunda de Florencio Varela, también sufrió el corte de electricidad, pero en un espacio de diez horas. No obstante, el panorama fue completamente diferente para su hija Delfina, de 11 años, quien sufre parálisis cerebral, y en consecuencia debe estar conectada a un respirador, a un aspirador, a un concentrador de oxígeno, y necesita de un colchón antiescaras.
Diferentes elementos médicos que tienen autonomía en su mayoría, de 5 horas. Aún así, la compañía correspondiente le provee seis baterías, similares a la de un auto, que suelen tener una duración de 4 días.
Una disposición de fuentes alternativas que hasta la reglamentación de La Ley 17351, que contempla diferentes derechos a los pacientes electrodependientes, no tenía lugar. Al respecto, la mamá de la niña dejó en claro que antes de aprobarse la mencionada legislación, “tenía que salir corriendo al hospital. Se vivía con incertidumbre, con mucha angustia”.
Pero ya en vigencia, la mujer reconoció que la norma “tiene beneficios como que el servicio se restablezca pronto, que te informen en cuanto vuelve, y que te provean de un grupo electrógeno”.
En relación a ello, Marcela Gomes, Secretaria de la Asociación Argentina de Electrodependientes, reflejó que “hoy se dice electrodependiente y hay gente que ya sabe de qué se trata. Vemos más empatía con nuestros hijos, y también es muy importante que trabajamos en conjunto con diferentes organismos estatales”.
La referente de dicha organización es mamá de Lautaro, quien padece encefalopatía crónica no evolutiva, y por ello debe recibir asistencia mediante siete equipos eléctricos, recordó que antes de la 17351, “teníamos que proveerle oxígeno durante ocho horas, con un insumo llamado ambu, que es manual. Esto no lo tuvimos que vivir más”.
Sin embargo, queda mucho camino por recorrer en materia de lograr una entrega total de fuentes alternativas de energía a los pacientes electrodependientes, y de difusión, principalmente. Justamente, los cortes de luz de los últimos días volvieron a ubicar en la mira a aquellos que por diferentes enfermedades requieren de la electricidad en todo momento.