Pasaron 55 años de aquel iniciado juvenil. Amigos que decidieron hacer historia sin saber que lo estaban haciendo. Y crearon el conjunto humorístico, con instrumentos musicales innovadores y que tenían como propósito, hacer algo diferente arriba de un escenario. Les Luthiers llega a su fin. Se termina y como no podia ser de otra manera, lo hace con talento.

Tropiezos de Mastropiero, en el Teatro Opera es un espectáculo nuevo, conformado por un grupo que sumó algunas caras nuevas. Esta aventura nació con Jorge Maronna, Daniel Ravinovich, Marcos Mundstock y Gerardo Masana, y que sumó a Carlos López Puccio un par de años después

Este espectáculo le trae a los amantes del humor de Les Luthiers una serie de novedades de la mano del talento y la renovación. Sin embargo lo que sucede sobre las tablas es un manojo de impronta musical que lo carateriza. Hay en este espectáculo nuevos instrumentos informales y muchas canciones de creación reciente y escenas de obras del repertorio tradicional. Lo que se ve sobre el escenario es una supuesta entrevista culta, aguda, fina, documentada y ejemplificada al mítico creador de las obras de Les Luthiers, Johann Sebastian Mastropiero.

En el transcurso de esa entrevista se rememora con oportunos ejemplos musicales y escénicos, buena parte de la vida del compositor, desde sus primeros fracasos hasta los más recientes. Obvio que es una ironía. Una joya para aquellos que en algún momento vivieron a este grupo que hizo historia y que seguirá siendo una referencia del alto nivel de la risa, sin caídas burdas ni burlas al prójimo.

Los autores de este espectáculo son dos de los integrantes "históricos" del grupo, Puccio y Maronna.

Además de ellos, el elenco está integrado por Roberto Antier, Tomás Mayer-Wolf, Martín O'Connor y Horacio Tato Turano, y actúan como alternos Santiago Otero Ramos y Pablo Rabinovich. No son sólo nombres, son integrantes de una historia de humor y música. El diccionario de la Real Academia Española define al luthier como una persona que "se dedica a fabricar y reparar instrumentos musicales de cuerda". Se quedó corto. Esto es mucho más, es parte de una cultura y de un espectáculo que vale la pena ver antes de su despedida.