Una de las iniciativas que incluye la denominada "Ley Ómnibus" podría beneficiar a un sector que suele castigar buena parte de la sociedad: a los trapitos.

Más allá del debate, el proyecto habilitaría a través de su iniciativa, la reventa de entradas en espectáculos deportivos o musicales que se realizan en los estadios de fútbol.

Los que ya están preparados para el nuevo negocio son los integrantes de las distintas barrabravas, cuyos integrantes suelen ser los que acomodan los autos antes de un partido de fútbol o un recital. No solo eso, el "trapito" estaría habilitado para vender en combo, el estacionamiento y la entrada. Un negocio redondo para los violentos de la popular.

Trapito cobrando
Los trapitos son parte de la postal de los eventos culturales y deportivos (Télam).

Ya hay en algunos clubes como River y Boca reuniones para ver cómo hacer para fomentar el negocio. Por ejemplo, en Núñez, donde además suele haber muchos recitales, un integrante del grupo de los trapitos tendría una esquina "habilitada" para ofrecer un ingreso con estacionamiento en las inmediaciones de la zona.

Hoy, la reventa de entradas está penada dentro del artículo 93 del código contravencional. Y se castiga con sanciones que van desde los dos días a diez días de arresto. Además de una sanción económica que va desde 2.000 a 30.000 pesos. Pero desde ahora esto ya pasa a ser historia.

En la nueva ley 23 184 de espectáculos deportivos, "las entradas deportivas pueden ser revendidas sin límite de las veces que pueda realizarse dicha operación". Aunque cabe destacar que muchas veces esos ingresos tienen nombre y apellido.

Ahora, esta modalidad, poseería un cambio, ya que "el encargado de la reventa tendrá la posibilidad de cambiar de titularidad".

Podría ser común ver a varios barras vendiendo entradas de protocolo. Hasta esos pases que suelen entregar los clubes para los invitados también podría entrar en esta nueva modalidad, ya que no hará falta mostrar el documento para poder pasar por el molinete de una cancha. Aunque hay algo más. El propio revendedor contaría el respaldo de la ley, ya que "no podrá limitarse ningún precio".

O sea no habría techo para la reventa. La imagen que solía molestar a más de un hincha que quería dejar el auto y entrar a un estadio con tranquilidad, ahora no solo tendrá la presión del estacionamiento, también podrá comprar una entrada.