Las mediciones de las consultoras especializadas revelan un panorama desafiante para el consumo en lo que resta del año. Durante el reciente Retail Day LATAM en Buenos Aires, el sector supermercadista expuso su preocupación ante un declive del 15% en las ventas de las grandes cadenas durante abril.

El dato fue proporcionado por la consultora Scentia. Este desplome se produce en un contexto de fuerte ajuste en el poder adquisitivo de los consumidores, reflejado en una caída del 13% al 14% en los ingresos durante el primer trimestre (de acuerdo con el RIPTE), según lo informado el presidente de Scentia, Osvaldo del Rio.

"Si bien la inflación viene desacelerada, todavía arrastra mucho de los primeros meses del año. Y, en este sentido, los salarios vienen tan atrasados que se ve lejos la recuperación", destacó del Río, en referencia al impacto de la inflación del 25,5% en diciembre y los meses subsiguientes con alzas en los precios.

Pese al optimismo de algunas consultas, las proyecciones para los meses que vienen no son alentadoras. Por ejemplo, Ecolatina adelantó que la retracción del consumo masivo podría alcanzar hasta el 9% para este año.

La combinación del aumento de precios y caída en los salarios se reflejó en las ventas de las grandes cadenas y supermercadistas (Archivo).
La combinación del aumento de precios y caída en los salarios se reflejó en las ventas de las grandes cadenas y supermercadistas (Archivo).

Por otro lado, desde la consultora Tomadato, observaron un incremento en la proporción de productos en oferta, con marcas de precios más bajos ganando participación en todas las categorías. Durante el primer trimestre, el crecimiento en la facturación de alimentos en las marcas líderes habría sido del 292%, frente al 411% en las marcas propias de las cadenas.

Supermercadistas afirman que en abril la caída del consumo fue del 9%

La caída en las ventas se manifiesta de manera transversal en diferentes áreas comerciales. Mientras que los grandes grupos hablan de un desplome del 15%, los supermercados reportan una disminución del 8% al 9%.

Esta situación se viene registrando desde hace varios meses. Por ejemplo, en marzo, las ventas en supermercados cayeron un 7,3% interanual, mientras que en los mayoristas la caída fue del 10%.

En este contexto, los consumidores eligen estrategias de compra más cuidadosas, prefiriendo adquirir solo lo mínimo e indispensable o sustituyendo marcas de productos seleccionados. Esta tendencia se refleja especialmente en productos de la canasta básica, como alimentos, artículos de higiene y limpieza.

Sin embargo, otros rubros esenciales también se ven afectados, como la electrónica y los textiles, con caídas de entre un 40% y un 50% desde principios de diciembre.

Mientras las grandes cadenas hablan de una caída del 15% en el consumo, supermercadistas indicaron que percibieron un desplome del 9% en abril (Archivo).
Mientras las grandes cadenas hablan de una caída del 15% en el consumo, supermercadistas indicaron que percibieron un desplome del 9% en abril (Archivo).

También se destaca la marcada disminución del 20% en las ventas de bebidas y lácteos. Desde finales del 2023, la liberalización de los precios y la actualización de los valores llevaron a un incremento mayor al de los salarios, dejando a rezagados los bolsillos de los trabajadores en relación con el costo de vida.

Es importante señalar que los números proporcionados por los supermercadistas pueden diferir de los reportados por los grupos empresarios de supermercados, ya que reflejan una perspectiva más localizada y cercana al consumidor.