La odisea de llegar a fin de mes: ¿Qué "gustos" dejan de lado los argentinos para conseguirlo?
Las suscripciones a las plataformas de series y películas, las salidas a bares o boliches y las actividades recreativas, entre las opciones más descartadas.
Por Francisco Nutti
@franNutti
Las suscripciones a las plataformas de series y películas, las salidas a bares o boliches y las actividades recreativas, son las más descartadas por los argentinos para "cuidar el bolsillo". Los datos surgen de un relevamiento de Crónica que tuvo como objetivo conocer cuáles son los "gustos" que más se dejan de lado, en medio de la crisis económica.
Según el estudio, realizado sobre personas de distintas edades, los gastos destinados al ocio son los primeros en ser recortados. Pero si con eso no alcanza, se pasa a dar de baja hábitos saludables como ir al gimnasio o servicios básicos, como el gas.
"Los servicios que tienen que ver con ocio, esparcimiento y cultura son los primeros que se recortan. También hay un ajuste de planes de telefonía celular y ahora va a haber un uso muy racional de la energía porque los aumentos de tarifas se vienen y existen límites de consumo para seguir subsidiados", sostuvo en diálogo con este medio el analista económico y director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, quien reforzó su punto de vista al confirmar que "las ventas minoristas vienen caídas".
El ajuste, en primera persona
Martín tiene 26 años y desde hace cinco que vive en el barrio porteño de Monserrat, donde se mudó desde Chivilcoy, su ciudad natal, para estudiar ciencias económicas. Y aunque su sueldo como administrativo en un estudio contable le sirve para llegar a fin de mes, es necesario que haga un esfuerzo. "Cuando noté que lo que ganaba me alcanzaba solo para llegar bien a la primera quincena, tuve que dejar de lado muchas cosas, como ir a tomar cervezas con amigo los fines de semana o jugar al fútbol cinco", señaló.
En esa línea, Ignacio, que tiene 32 y se desempeña como abogado en la localidad bonaerense de San Justo, Partido de La Matanza, señaló: "Nosotros tenemos la fama de que ganamos bien, pero no es tan así. Yo llevo algunos años de recibido y aún así tuve que sacrificar varias actividades. Ya no tengo cable y me mudé a un departamento más chico", dijo.
Por su parte Micaela, de 24 y que estudia arquitectura en la Universidad de Buenos Aires (UBA) reconoció que ante la disparada de precios la volvieron a ayudar sus padres. "Dejé el gimnasio por una cuestión de tiempo pero también de dinero", destacó y añadió: "Soy moza los fines de semana en eventos como casamientos y cumpleaños y tengo un emprendimiento de remeras, pero a parte de eso le volví a pedir un salvavidas a mis viejos porque la carrera es muy cara y el país también lo está".
En tanto Mariana, de 34 y empleada de un local de ropa en la avenida Avellaneda, precisó que debió volver a vivir con su madre por la situación actual. "Me fui de la casa donde alquilaba y volví a lo de mi mamá. Usamos garrafa porque es más económico que el gas natural", resaltó y concluyó: "En mis tiempos libres hago uñas esculpidas como changa. Antes con un trabajo mantenías a tu familia, ahora tenés que tener tres ingresos para hacer la compra del mes".
De acuerdo con el relevamiento de este medio, para tener el servicio básico de una plataforma de series y películas hay que desembolsar $4.299 al mes, mientras que uno estándar oscila en los $7.199, y el Premium en $9.699. Asimismo, la cuota de socio en un gimnasio de la ciudad de Buenos Aires ronda entre los $25.000 y los $35.000.
Una parrillada para cuatro personas en un restaurante de Belgrano o Palermo puede costar entre los $20.000 y los $50.000 por cabeza, e ir a tomar una cerveza con amigos a un bar de San Telmo requiere tener no menos de $12.000 en la billetera, mismo valor si lo que se busca es ir a merendar un café con leche con un tostado en una confitería del centro porteño.
En un país donde sube el dólar, hay cada vez más desocupados y la pobreza trepó al 55,5%, organizar planes con una novia, tener una cita o simplemente reunirse por trabajo o con un ser querido, pasó a segundo plano. Hoy, hacer vida "normal" ya parece imposible.