Este sábado a las 22 se estrena “La máquina de mirar”, la serie documental producida por Wolf Producciones y dirigida por Julio Panno que revela la vida y el legado de Fernando Marín, el revolucionario productor y realizador que marcó la historia de la televisión, la radio y la comunicación en Argentina.

Durante seis episodios, el trabajo recorre los momentos más destacados de su carrera con testimonios exclusivos, material de archivo inédito y el repaso por distintos momentos de la ficción y la realidad que muestran su impacto en el mundo del entretenimiento, el deporte y la política. 

Esta producción constará de seis capítulos que se emitirán por Crónica este sábado, el domingo, el sábado 16, el domingo 17, el sábado 23 y el domingo 24 de noviembre. Luego de cada transmisión, los capítulos estarán disponibles en las plataformas de YouTube de Crónica e Infobae. Cada episodio tendrá una duración de entre 35 y 40 minutos. 

La presentación oficial de “La máquina de mirar” tuvo lugar el 31 de octubre en el jardín del Museo Fernández Blanco de Capital Federal. El evento reunió a diversas personalidades de la televisión, la radio, el deporte, la cultura y el ámbito empresarial. Allí, Gerardo González Bobillo, director de Wolf Producción Argentinas y encargado de la realización del documental, reflexionó: “Me motivaron las anécdotas y la versatilidad de Fernando. Al principio pensaba: ‘¿Cómo una persona puede hacer tantas cosas?’. Fue como descubrir una cápsula de historias. No sabía si hacer una película, un documental o un libro”. 

Fernando Marín con Chiche Gelblung (Pablo Villan/Crónica).
Fernando Marín con Chiche Gelblung (Pablo Villan/Crónica).

Por su parte, Panno aseguró: “Durante la primera entrevista me di cuenta de la enorme cantidad de proyectos y productos en los que había estado involucrado y desde ese momento sentí una fuerte empatía hacia él. Hacer un documental sobre la vida de alguien implica meterse en aspectos muy personales y es esencial que la persona se sienta identificada con la narración que proponemos”.

Marín estuvo recientemente en Crónica, donde fue entrevistado por Chiche Gelblung. “Yo fui siempre un amante del músculo de la oreja. Oír, escuchar. Me reunía con los que creía que sabían, cada uno en su género. El tipo que sabía de radio, yo lo escuchaba. O con el tipo que sabía de televisión, de gráfica o de eventos”, contó el creador de ciclos icónicos como “Video show”, “Mesa de noticias” o Cantaniños”.

Luego, siguió: “Formando ese tipo de equipos, encontré grandes productores que después fueron muy buenos conductores. El caso de Adolfo Castello, por ejemplo, que fue productor mío en ‘Cantaniño’”. Durante la nota también recordó su incursión en la transmisión de deportes poco comunes, como el polo. Y, acerca de la docuserie que se estrenará esta noche, Marín aseguró: “A medida que me iban preguntando los muchachos de la productora, que son brillantes, veía que los capturaba con mis cuentos, que no eran sanata, eran relatos reales en los que les hablaba de Graciela Borges, de Carlos Monzón o de Susana Giménez”

Sobre su estilo y poder de convocatoria, el histórico productor explicó: “Yo tengo una fórmula que a lo mejor suena a vetusto o jovato, pero yo cuidaba el lenguaje, y el lenguaje creo que es una manera de ser estético al aire. Entonces, tanto cuidaba el lenguaje como cuidaba que los que salían al aire estuvieran más o menos vestidos correctamente”. También recordó que, más allá de que no fuese una producción suya, fue él quien descubrió al “Chavo del 8” y al “Chapulín Colorado” y los trajo a la Argentina, causando furor en el país. Más tarde hizo una reflexión crítica sobre los medios en la actualidad y sostuvo que “en un canal familiero, como lo es Crónica, el valor de la palabra cobra mucho más que en el streaming, que te meten un título y te hacen un agujero así, porque ponen ‘Marín se droga’, y ya quedó el título. Entonces, el valor de la palabra, cuando viene la explicación, por ahí ya es tarde, pero bueno”

Finalmente, resaltó la vigencia de la radio: “Es como las hormigas, porque se te meten por abajo de la puerta, vos la pisás o zapateás un malambo, pero matás a dos o tres. ¿Por qué? Vos entrás a una casa y estás escuchando radio. ¿Y quién la prendió? Y no sabés, la pudo haber prendido la tía, el chico... Es un elemento que forma parte del mobiliario de la casa. Es beligerante”.